Junts tiende una trampa al PP: condiciona una moción de censura a una reunión con Puigdemont en Waterloo

Puigdemont exige a Sánchez que se someta a una cuestión de confianza: "No es de fiar"
El presidente de Junts, Carles Puigdemont, durante la reunión de la Ejecutiva permanente de Junts, en el Press Club Brussels Europe (Bélgica), a 9 de diciembre de 2024. - Eric Lalmand / Europa Press
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Raúl Sánchez Folgueiras

Raúl Sánchez Folgueiras, economista y director adjunto de El Distrito Ha trabajado en diferentes medios de comunicación, en periódicos como Estrella Digital como director y posteriormente como redactor jefe de Merca2. Colabora como tertuliano en diferentes TV y radios nacionales. IG /Twitter: RaulFolgueiras

El ingreso en prisión de Santos Cerdán, ha provocado que el Partido Popular explore la posibilidad de presentar una moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Sin embargo, una jugada estratégica de Junts per Catalunya ha cambiado por completo el tablero político: el partido independentista ha condicionado su apoyo a esa moción a que el PP se reúna en persona con Carles Puigdemont en Waterloo, aunque no han detallado si tiene que desplazarse el propio líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Esta condición, que a priori podría dar alas a la posibilidad de que los independentistas apoyen una hipotética moción de censura contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no deja de ser una trampa política para el PP, ya que busca situar a Puigdemontc omo pieza central del juego parlamentario y desgastar la posición de los populares, obligándolos a escoger entre mantener su coherencia política o sacrificar una oportunidad clave para debilitar al PSOE.

En numerosas ocasiones desde las filas populares se ha criticado que miembros del PSOE, como el encarcelado Santos Cerdán, tuvieran que desplazarse hasta Waterloo para negociar con un prófugo las cesiones del Gobierno a los nacionalistas para mantenerse en el poder, por lo que una foto entre miembros del PP y Puigdemont sería muy dañina para el partido de Feijóo.

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Junts exige una reunión en el «exilio» con Puigdemont

La propuesta fue lanzada este martes por la portavoz de Junts en el Congreso, Míriam Nogueras, quien aseguró que si el Partido Popular quiere hablar de una moción de censura, debe sentarse antes a negociar «donde está el presidente legítimo, Carles Puigdemont«, es decir, en su residencia de Waterloo, Bélgica.

Según Nogueras, “no hay ningún cambio en la legislatura sin hablar con quien la sostiene”, en referencia al papel determinante que ha tenido Junts en la investidura de Sánchez y en la aprobación de medidas clave del Ejecutivo. Esta declaración no solo refuerza la figura de Puigdemont dentro del independentismo, sino que también supone una forma de desafiar abiertamente a Feijóo en un contexto de extrema debilidad del Gobierno socialista.

El PP, atrapado en un dilema

La reacción del PP no se hizo esperar. El portavoz en el Congreso, Miguel Tellado ha cerrado la puerta a que Alberto Núñez Feijóo viaje a Waterloo para reunirse con Carles Puigdemont para intentar sacar adelante esa moción.“No vamos a hacer lo que a otros hemos criticado, no somos como el PSOE”, ha contestado el portavoz del PP en el Congreso después de ser preguntado en varias ocasiones por los periodistas.

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«Nadie nos encontrará allí. Si tuviéramos tan pocos escrúpulos como el PSOE, Feijóo habría sido presidente de España después de julio”, ha añadido

Sin embargo, la posición del PP es complicada. Para que una moción de censura prospere, necesita contar con el respaldo de una mayoría absoluta del Congreso, lo que obliga a buscar el apoyo de fuerzas como Junts, PNV, Coalición Canaria o incluso EH Bildu. Rechazar frontalmente la propuesta de Junts podría dar al traste con cualquier intento de hacer caer al Gobierno.

De aceptar, el Partido Popular se arriesgaría a una crisis interna, especialmente con su socio natural, Vox, que ha dejado claro que no apoyaría ninguna moción en la que participen los independentistas catalanes. Para Santiago Abascal, cualquier acercamiento a Junts sería una “traición” a España.

Esta maniobra de Junts per Catalunya no deja de ser una trampa cuidadosamente diseñada para fracturar la unidad del bloque de derechas. Al situar como condición innegociable la reunión con Puigdemont, el partido independentista obliga a Feijóo a tomar una decisión que tiene coste político sea cual sea el camino que escoja.

  • Si acepta la reunión, podría ser acusado de blanquear al independentismo y de traicionar sus principios.

  • Si la rechaza, se verá obligado a renunciar a la posibilidad de desalojar a Pedro Sánchez del poder en un momento de extrema debilidad del PSOE, tras el ingreso en prisión de Santos Cerdán y los casos de corrupción que acorralan al PSOE.

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El trasfondo de esta situación es la grave crisis que atraviesa el PSOE. La entrada en prisión provisional y sin fianza de Santos Cerdán, hasta ahora uno de los hombres de máxima confianza de Pedro Sánchez, ha generado un terremoto interno en Ferraz y ha abierto la puerta a posibles cambios profundos en el partido.

Nuevamente Carles Puigdemont recupera el papel como pieza clave en la investidura de Sánchez y ahora como potencial árbitro en una moción de censura y lo convierten en un actor al que ningún partido puede ignorar.

La exigencia de reunirse en Waterloo tiene también una carga simbólica: obliga a los partidos nacionales a cruzar una línea roja, reconociendo su legitimidad política a pesar de su situación judicial.

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