El Gobierno autoriza la opa del BBVA al Sabadell pero exige que se mantenga como banco independiente tres años

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Raúl Sánchez Folgueiras

Raúl Sánchez Folgueiras, economista y director adjunto de El Distrito Ha trabajado en diferentes medios de comunicación, en periódicos como Estrella Digital como director y posteriormente como redactor jefe de Merca2. Colabora como tertuliano en diferentes TV y radios nacionales. IG /Twitter: RaulFolgueiras

El Consejo de Ministros ha dado luz verde a la opa hostil presentada por BBVA sobre Banco Sabadell, aunque ha impuesto una condición clave: la prohibición de fusión entre ambas entidades durante un periodo mínimo de tres años, con posibilidad de extenderse hasta cinco.

Esta medida busca garantizar el cumplimiento de cinco criterios fundamentales de interés general que motivaron la intervención directa del Ejecutivo en esta operación financiera de gran relevancia para el sector bancario español.

En la rueda de prensa posterior al Consejo, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, explicó que el Gobierno ha autorizado la operación en base a los términos acordados entre el BBVA y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).

Sin embargo, ha añadido un requisito adicional que obliga a que tanto BBVA como Sabadell mantengan personalidad jurídica independiente, así como patrimonios y estructuras de gestión separadas durante al menos tres años. Esta disposición tiene como objetivo preservar la autonomía de ambas entidades pese a la adquisición.

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La decisión del Ejecutivo se fundamenta en cinco criterios de interés general, distintos del ámbito estrictamente competitivo, que justifican su intervención regulatoria, amparada por la legislación vigente. Entre ellos destaca:

  1. Apoyo al crecimiento económico y a la financiación empresarial, asegurando que el sector bancario siga impulsando la actividad productiva y el crédito a pymes y autónomos, pilares clave para la economía española.

  2. Protección del empleo en ambos bancos, garantizando la estabilidad laboral de las plantillas y evitando recortes masivos derivados de la operación.

  3. Cohesión territorial, con el compromiso de mantener la presencia bancaria en zonas rurales y comunidades menos favorecidas, evitando la deslocalización excesiva de oficinas.

  4. Fomento de políticas sociales a través del mantenimiento y potenciación de las obras sociales gestionadas por las fundaciones vinculadas a ambas entidades, así como protección de los clientes financieros, especialmente en materia de vivienda asequible.

  5. Impulso a la innovación tecnológica y la investigación (I+D+i) dentro del sector financiero, promoviendo el desarrollo de nuevas herramientas digitales y servicios bancarios avanzados.

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Este enfoque gubernamental refleja una postura prudente ante la concentración bancaria que podría reducir la competencia en el mercado español, donde BBVA y Banco Sabadell son dos de los principales actores. El Ejecutivo busca así equilibrar los intereses económicos con la defensa de políticas sociales y laborales, aspectos que suelen quedar relegados en operaciones de esta envergadura.

Cabe recordar que esta operación, inicialmente percibida como una fusión para crear uno de los grupos bancarios más grandes de España, había generado preocupación tanto en organismos reguladores como en sindicatos y clientes por los posibles efectos negativos derivados de una integración total.

Por otro lado, este bloqueo temporal a la fusión completa no impide que BBVA continúe con la compra de acciones y controle progresivamente a Banco Sabadell, pero sí limita la unificación operativa y legal, lo que podría afectar la estrategia a medio plazo del grupo financiero vasco.

La CNMV había suspendido esta misma mañana la cotización de ambas compañías en espera de que la decisión final del Consejo de Ministros en relación a la OPA del BBVA al Sabadell al considerarse como una información relevante, para evitar episodios de volatilidad. Antes de su suspensión, BBVA subía un 2,77% hasta los 13,15 euros mientras que Sabadell se revalorizaba un 1,04% y cotizaba en los 2,71 euros.

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En cuanto al contexto del mercado, la opa hostil llega en un momento en que el sector bancario español se enfrenta a grandes retos: la digitalización acelerada, la competencia creciente de fintechs, tipos de interés bajos y la necesidad de adaptarse a regulaciones más estrictas en materia de solvencia y sostenibilidad.

BBVA, que ya lidera la innovación en banca digital en España, ve en esta adquisición una oportunidad para expandir su cartera y consolidar su posición. Mientras tanto, Banco Sabadell, tras años de dificultades y ajustes, busca estabilidad y nuevas vías de crecimiento bajo el paraguas del grupo vasco.

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