El Gobierno se aferra a que sus socios no le dejen caer y a los futuros audios que puedan salir

encuesta electoral
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en Ferraz, Fuente EP

Tras finalizar la ronda urgente de contactos impulsada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los partidos que facilitaron su investidura, en La Moncloa consideran que aún conservan el apoyo necesario en el Congreso de los Diputados para resistir la crisis y evitar un adelanto electoral.

Todo esto tras hacerse público el informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) sobre Santos Cerdán, hasta ahora secretario de Organización del PSOE, por su presunta implicación en una red de adjudicaciones irregulares de obras públicas y los audios que diariamente vamos conociendo sobre el «caso Koldo» que provoca mucho nerviosismo en las filas del Gobierno.

Desde el Ejecutivo reconocen que la situación es delicada y que el futuro del Gobierno de coalición puede depender de la aparición de nuevos audios o filtraciones comprometedoras que afecten a altos cargos del partido.

La UCO está trabajando en varios informes entre ellos en uno que afectaría al actual ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres y un segundo informe que implicaría a la actual presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, sobre la adjudicación de mascarillas en su etapa como regidora de la Baleares.

A pesar de la tensión con sus aliados, Moncloa cree haber superado este primer test político y se agarra a la aritmética parlamentaria.

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El detonante de esta crisis fue el informe de la UCO sobre Santos Cerdán. Este documento empujó a Pedro Sánchez a reunirse personalmente con los portavoces de las formaciones que le llevaron a La Moncloa tras las elecciones generales de 2023 para testar todavía si siguen apoyando su labor en el Gobierno.

Ningún socio quiere romper la legislatura, por ahora

En los últimos días, han pasado por La Moncloa representantes de Sumar, ERC, Junts, PNV, EH Bildu y Coalición Canaria. Por el contrario, formaciones como Podemos y el BNG declinaron asistir a las reuniones.

En el caso de Podemos, la líder de la formación, Ione Belarra, ha afirmado que la legislatura está acabada y que da a este Gobierno por acabado políticamente.

Según fuentes conocedoras de los encuentros, ningún partido salió plenamente satisfecho, y todos consideran que las medidas adoptadas hasta ahora por el PSOE son claramente «insuficientes».

Los grupos exigen más explicaciones públicas y una reacción política de mayor calado. Aun así, según fuentes gubernamentales, ninguno de los socios ha planteado, ni en público ni en privado, romper con el Gobierno.

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Este dato es clave para La Moncloa, que confía en mantener viva la legislatura hasta 2027 sin tener que acudir anticipadamente a las urnas.

Rufián el que puso más en apuros a Sánchez en el Congreso

La tensión entre el Gobierno y sus aliados se trasladó este miércoles al Congreso de los Diputados. El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, preguntó a Pedro Sánchez si podía garantizar que no existía una trama de corrupción sistémica en su partido, advirtiendo del riesgo de que este caso se convierta en «la Gürtel del PSOE».

Visiblemente molesto, el presidente respondió con una frase que después sería matizada por su entorno: «no se puede convertir una anécdota en categoría». En Moncloa reconocen que esa expresión fue poco afortunada, ya que minimiza una crisis que está golpeando de lleno la imagen del Ejecutivo.

Aunque existe mucha incertidumbre a día de hoy y los ánimos entre los militantes y políticos del PSOE es muy bajo y no creen que Sánchez pueda aguantar hasta 2027, más si tenemos en cuenta que está «tocado física y mentalmente».

También otras fuerzas han marcado distancias. Coalición Canaria ha dejado de garantizar su apoyo parlamentario.

El Ejecutivo resiste: no hay alternativa viable para una moción de censura

A pesar del clima de descontento generalizado, el Gobierno de Pedro Sánchez cree que la geometría variable del Parlamento sigue jugando a su favor. No hay, por ahora, una mayoría alternativa capaz de articular una moción de censura con apoyo de PP y Vox, y tampoco se contempla someterse a una cuestión de confianza.

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A pesar de que el lider del Partido Popular, Núñez Feijóo le manifestara a Sánchez en la sesión de control en el Congreso de los Diputados, que «le quedan cuatro votos para plantear la moción de censura».

Desde el Ejecutivo insisten en que es fundamental diferenciar entre las críticas públicas y el sentido del voto en el Congreso. Así lo subrayó este jueves el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, quien recordó que el Gobierno sigue aprobando leyes clave con el respaldo de la mayoría de la investidura.

Como ejemplo, citó la reciente aprobación de la reforma para disolver asociaciones franquistas, una medida que logró salir adelante con el apoyo de los socios habituales del Ejecutivo. Un gesto que en Moncloa interpretan como una señal de que, aunque debilitada, la mayoría progresista sigue operativa.

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