El gobierno de Francia ha salido al paso de unas graves acusaciones lanzadas desde fuentes oficiales rusas, que señalaban falsamente a los líderes europeos Emmanuel Macron, Friedrich Merz y Keir Starmer de haber consumido cocaína durante un viaje en tren a Kiev.
La información, que se propagó rápidamente en redes sociales y medios de comunicación prorrusos, fue desmentida categóricamente por el Elíseo y calificada como un intento deliberado de minar la credibilidad y la unidad de Europa frente al conflicto en Ucrania.
Según denunció el propio gobierno francés, se trata de una “maniobra burda de propaganda”, enmarcada en la estrategia de desinformación del Kremlin.
Las acusaciones se basan en la interpretación manipulada de un vídeo grabado durante la visita de líderes occidentales a Ucrania, en el que supuestamente se ve a Emmanuel Macron recogiendo del suelo lo que, según los conspiracionistas, sería una bolsita blanca sospechosa de cocaína.
En la misma grabación, el líder alemán Friedrich Merz sostiene una cuchara de metal, que fue señalada por ciertos canales como “una herramienta para consumir droga”.
También fue implicado sin fundamento el primer ministro británico Keir Starmer, quien acompañaba a Macron y Merz en el convoy diplomático que atravesó territorio ucraniano el pasado 9 de mayo para participar en la cumbre de apoyo a Kiev.
🇷🇺 JUST IN: Russia’s Maria Zakharova reacts to the viral «cocaine» video featuring Macron, Starmer & Merz:
«Looks like the Frenchman, the Englishman & the German boarded a train… and took a hit.
The fate of Europe is in the hands of drugged, dependent, temporary figures.»… pic.twitter.com/YSzkVmpSGK
— Breaking News (@PlanetReportHQ) May 11, 2025
Zakharova y Dmitriev, altavoces del rumor
Entre los que difundieron estas acusaciones destacan nombres conocidos de la diplomacia y el aparato propagandístico ruso. La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, compartió el vídeo editado con insinuaciones irónicas y comentarios sarcásticos en su cuenta oficial sobre el consumo de cocaína.
También se sumó a la narrativa el director del Fondo Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev, quien insinuó que “la decadencia moral de Occidente se refleja en sus líderes”. Estas intervenciones forman parte de una estrategia coordinada de manipulación informativa por parte de Moscú, según expertos en seguridad digital y desinformación geopolítica.
Elíseo: «Es una intoxicación informativa deliberada»
Desde el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia francesa, se emitió un comunicado tajante desmintiendo la veracidad del contenido viralizado. “Estas imágenes han sido manipuladas con intencionalidad política. No existe ninguna prueba que respalde tales acusaciones de consumo de cocaína ”, afirmaron fuentes oficiales.
El gobierno francés calificó el episodio como un ejemplo claro de intoxicación informativa, un término que los expertos en ciberseguridad emplean para describir acciones deliberadas de difusión masiva de noticias falsas con objetivos de manipulación ideológica o geopolítica.
Además, el entorno de Macron subrayó que se trata de una “campaña coordinada para erosionar la confianza pública en los líderes europeos que han expresado su firme apoyo a Ucrania”.
Macron, Merz y Starmer: blanco de la propaganda rusa
Los tres líderes señalados —Macron, Merz y Starmer— representan a países clave dentro del eje occidental de apoyo a Ucrania frente a la invasión rusa. Los tres han impulsado propuestas de ayuda militar, sanciones económicas contra Moscú y negociaciones internacionales para reforzar la seguridad europea.
Que sean precisamente ellos los blancos de esta campaña de difamación confirma, según analistas, que Rusia intenta socavar la unidad transatlántica en torno al conflicto. “Cuando no puedes dividirlos con diplomacia, los atacas con desinformación”, resumió un analista en defensa de la UE.
Guerra de información en el contexto del conflicto ucraniano
Este caso de consumo supuesto de cocaína no es un hecho aislado. La guerra en Ucrania ha venido acompañada de un conflicto paralelo en el terreno de la información. Desde 2022, Rusia ha impulsado cientos de operaciones de desinformación digital, dirigidas tanto a su población como a audiencias internacionales, con el objetivo de justificar su intervención militar y desacreditar a sus adversarios.
La Unión Europea ha denunciado en varias ocasiones el uso de bots, trolls, cuentas falsas y portales de noticias alternativos que diseminan bulos contra los gobiernos occidentales, la OTAN y los líderes ucranianos. Ya en el pasado, figuras como el presidente Volodímir Zelenski han sido víctimas de campañas similares que pretendían presentarlo como drogadicto o corrupto.
Tras este nuevo episodio de intoxicación, varios gobiernos europeos han expresado su solidaridad con Macron, Merz y Starmer, y han denunciado el uso sistemático de desinformación como arma política por parte de Rusia.
El portavoz del gobierno alemán declaró que “este tipo de acusaciones no tienen cabida en una democracia seria, solo retratan el nerviosismo del Kremlin ante el aislamiento internacional”. Desde Londres, la oficina de Keir Starmer anunció que emprenderá acciones legales si los vídeos manipulados siguen circulando en medios de comunicación oficiales»