Hemos sido testigos de que las calles de Madrid se han llenado de comercios “Todo a cien”. Que hoy en día, estos establecimientos se han convertido en todo un clásico a la hora de hacer nuestras compras también lo sabemos. Sin embargo, lo que a veces no somos capaces de observar es que detrás de estos “almacenes” desbordados de u-tensilios baratos se esconde una importante problemática.
Diez técnicos de la Dirección General de Comercio y Consumo han estado realizando inspecciones para controlar el cumplimiento de las normas de calidad y seguridad en estos establecimientos. El resultado: 602 expedientes sancionadores, multas de más de 600.000 euros y el cese de actividades en ocho comercios hasta ahora. Las principales deficiencias que se han encontrado durante estas inspecciones son referidas al etiquetado, pues el 41% de los comercios inspeccionados ofrece productos que carecen de etiquetas o las presenta de forma incorrecta. De igual modo, el 17,6% de los comercios no exhibe correctamente los precios de venta al público, algunos de los comercios no presentan licencia de actividad o no la ponen a la vista. El mismo porcentaje de establecimientos presenta un almacenamiento excesivo, otros carecen de seguro de responsabilidad civil, y un 11,8% tiene deficiencias en cuanto a la normativa de extinción de incendios. Este proyecto de inspecciones, que se inició el año pasado bajo el nombre de “Campañas de Inspección y Control de Establecimientos Mayoristas y Todo a cien”, terminará una vez que se hayan visitado todos los “Todo a cien” de la ciudad y los comercios mayoristas de la zona centro. El Ayuntamiento de Madrid pretende con esta medida garantizar la calidad de los productos desde su origen, de forma que estos no supongan ningún peligro para los consumidores.
