España estuvo a punto de sufrir un nuevo apagón como el del 28 de abril

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España estuvo a punto de sufrir otro apagón como el del 28 de abril que paralizó la Península Ibérica en una crisis de energía sin precedentes cuando una caída simultánea en varias infraestructuras eléctricas dejó sin suministro a millones de usuarios.

El pasado 17 de junio, vivió una situación de máxima tensión en su sistema eléctrico al sufrir una desconexión no programada de la central nuclear de Almaraz I, una de las plantas más importantes del país, con una potencia de más de 1.100 MW y que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene en su agenda cerrar en 2027.

Este incidente, ocurrido durante una fase de descenso de la demanda eléctrica, puso a prueba la estabilidad y la capacidad de respuesta del sistema eléctrico nacional y alertó sobre la vulnerabilidad ante posibles apagones.

La desconexión de Almaraz I fue consecuencia de la actuación de un relé de protección del generador principal, que se activó debido a la apertura accidental de una válvula de sobrepresión en uno de los transformadores principales. Este hecho provocó la parada inmediata y automática del reactor, lo que derivó en la pérdida súbita de más de 1.100 MW de potencia disponible para el sistema eléctrico español.

Según fuentes de la industria eléctrica, este tipo de fallos, aunque poco frecuentes, tienen un impacto significativo debido al peso que las centrales nucleares tienen en el mix energético nacional, cubriendo aproximadamente el 20% de la demanda eléctrica en España.

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Respuesta rápida para evitar un nuevo apagón

Pese a lo crítico de la situación, la gestión por parte de Red Eléctrica de España (REE) y los operadores del sistema fue rápida y eficaz. Gracias a los protocolos de seguridad y a la activación de recursos de respaldo, el sistema logró compensar la pérdida de la potencia de Almaraz.

Entre las medidas tomadas, destaca el uso de la reserva rodante, un mecanismo de seguridad que permite disponer de centrales adicionales en estado de alerta para ser activadas rápidamente. Además, se aumentó la generación en centrales térmicas y hidráulicas para equilibrar la red.

La Asociación Española de la Industria Eléctrica (Aelec) ha resaltado que esta capacidad de respuesta evitó que se produjera un apagón masivo similar al ocurrido el pasado 28 de abril.

España, como muchos países europeos, se enfrenta a un reto complejo en el ámbito energético. La creciente integración de energías renovables, con una producción variable y dependiente de las condiciones climatológicas, junto con el envejecimiento de ciertas infraestructuras convencionales, aumenta la dificultad para mantener un suministro estable.

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El incidente en Almaraz se produce en un contexto donde la demanda eléctrica está experimentando fluctuaciones significativas, especialmente en horarios pico y en momentos de transición energética. Por ello, es fundamental que el sistema cuente con mecanismos de flexibilidad y almacenamiento para evitar fallos.

El gobierno español ha aprobado un nuevo real decreto ley antiapagones, cuyo objetivo es fortalecer el sistema eléctrico nacional. Este paquete normativo incluye medidas para impulsar las energías renovables, mejorar el almacenamiento energético y facilitar la repotenciación de infraestructuras existentes. Sin embargo no dice nada del calendario de cierre de las centrales nucleares y que son fundamentales para mantener la estabilidad del sistema eléctrico.

Además, el decreto busca agilizar los procesos administrativos para la instalación de parques solares y eólicos, así como incentivar el desarrollo de tecnologías innovadoras que permitan una gestión más eficiente y segura de la red.

Estas acciones pretenden garantizar la seguridad energética de España y evitar que se repitan situaciones críticas como la del 17 de junio o el apagón del 28 de abril.

La importancia estratégica de la central nuclear de Almaraz para evitar una nueva crisis

La central de Almaraz I y II, ubicadas en la provincia de Cáceres, son claves para el sistema eléctrico español. Su potencia conjunta supera los 2.000 MW, lo que supone una parte fundamental del suministro estable y continuo.

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La parada no programada de Almaraz I ha puesto de manifiesto que, pese a las medidas de seguridad y los protocolos existentes, estas infraestructuras pueden ser puntos débiles si no se mantienen actualizadas y vigiladas constantemente.

Por ello, desde el sector se reclama una mayor inversión en mantenimiento y modernización de las plantas nucleares, además de una estrategia clara para su papel en la transición energética hacia una matriz más sostenible y segura.

El apagón evitado el pasado 17 de junio ha servido como llamada de atención sobre la necesidad de reforzar el sistema eléctrico español y evitar experimentos energéticos como defendió desde un primer momento este diario como posteriormente luego corroboraron otros medios de comunicación, ya que el Gobierno quería ese día anunciar que España había producido el 100% de su energía de procedencia renovable, algo que finalmente no sucedió porque como todos sabemos ocurrió el gamos apagón.

El Gobierno de España ha atribuido la responsabilidad del gran apagón del 28 de abril a Red Eléctrica de España (REE) y a las principales compañías generadoras de electricidad, según reveló hace unos días la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Sara Aagesen.

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