Si las elecciones europeas previstas para el próximo 9 de junio para determinar los 61 escaños aportados por España al Parlamento Europeo se hubiesen llevado a cabo la semana pasada, el PP habría resultado ganador. El partido encabezado por Alberto Núñez Feijóo remontaría desde la segunda posición que ocupó en los comicios de 2019. Ello para lograr ahora una clara victoria que le otorgaría diez escaños adicionales con respecto a los 13 obtenidos hace cinco años. Dejaría así al PSOE de Pedro Sánchez a 5,5 puntos de distancia en una posición de ligero retroceso, manifestado por la pérdida de un eurodiputado en comparación con los 21 que actualmente tienen los socialistas.
La predecible desaparición de Ciudadanos, cuyos apoyos se transferirían de manera casi automática hacia los ‘populares’, permitiría al PP proclamarse como claro vencedor de unas elecciones cuya interpretación tendrá un claro enfoque nacional. Todo esto tanto para las aspiraciones de Feijóo de ser percibido como una alternativa de gobierno, como por el carácter de plebiscito que el próximo domingo determinará las políticas de Pedro Sánchez. Son políticas afectadas tanto por el proceso judicial en curso contra su esposa, Begoña Gómez, a raíz de sus actividades profesionales, como por la reciente aprobación parlamentaria otorgada por el Congreso de los Diputados a la ley de amnistía.
Bloqueado el avance del PSOE
Según la encuesta de Hamalgama para Vozpópuli llevada a cabo entre el 23 y 31 de mayo pasados, se ha observado que el avance de los socialistas para igualar a los resultados del PP se ha visto bloqueado recientemente. Esto coincide con la aprobación en el Congreso de la principal cesión de Sánchez al independentismo. Asimismo, con la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid de respaldar la investigación abierta sobre Begoña Gómez. Estos son algunos hallazgos destacados de la encuesta.
Sin embargo, el incremento en los apoyos del PP no solamente se justifica por la desaparición de Ciudadanos. En esta línea, la transferencia de sufragio más evidente es aquella que indica que el 10% de los votantes que respaldaron al PSOE en las elecciones europeas pasadas tienen intención de decantarse ahora por el PP.
Un escaño menos en el Europarlamento
El descenso de 3,3 puntos del PSOE en contraste con el porcentaje de votos que obtuvo en 2019 tiene como consecuencia la disminución de un escaño en el Europarlamento, a pesar de que la ‘circunscripción española’ ha experimentado un incremento en su representación con dos eurodiputados más. Concretamente, de 59 a 61, de acuerdo al reparto proporcional entre los socios europeos, antes contando con la participación de Reino Unido previo al Brexit.
De acuerdo con la encuesta, el PP se sitúa en el 35,1 % en intención de voto. Esto se traduce en una suma de algo más de siete millones de votos. Por su parte, el partido de Pedro Sánchez logra retener 5,9 millones de votos. El número de votos para los ‘populares’ experimenta un aumento prácticamente exponencial. Y es que esta subida se sitúa a solo una décima de los 15 puntos en relación al porcentaje del 20,2% que registró el PP en 2019.
Vox crece en la encuesta de las elecciones europeas
En la misma dirección, Vox experimenta un crecimiento en los días en que se desarrolló la encuesta. Esto se traduce en la obtención de dos escaños adicionales a los cuatro actuales, con un incremento de cuatro puntos porcentuales. Así, coloca la intención de voto para la formación de Santiago Abascal en el 10,2% que le proporcionaría esos seis escaños.
Durante este período, Vox ha sido objeto de atención debido a la visita sorpresiva de su líder al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Se produjo en la misma semana en que el Consejo de Ministros oficializó el reconocimiento de Palestina como Estado. También se suma el rechazo de sus diputados a la aprobación de la ley de amnistía en el Congreso, el pasado jueves.
La mejora en las previsiones de Vox de cara al 9-J pone en duda la eficacia del discurso sanchista. El mismo, afirma que solo el PSOE puede detener a la ‘ultraderecha‘, urdido mediante una estrategia que busca desgastar al PP. En esta estrategia los socialistas han colocado en el punto de mira al presidente de Argentina, Javier Milei, por sus palabras sobre Begoña Gómez durante el evento ‘Viva 24’.
La división continúa perjudicando a la izquierda. Sumar y Podemos, en el ala izquierda del PSOE, tienen el mismo número de escaños, seis. Los consiguieron en 2019 cuando compitieron juntos bajo la denominación de Unidas Podemos.
Fragmentación de la izquierda
Según la proyección demoscópica, el partido liderado por Yolanda Díaz mantendría cuatro escaños parlamentarios. Son suficientes para disfrazar en la etapa final un ciclo electoral, comenzado con las elecciones gallegas el pasado 18 de febrero, que Sumar ha llenado de fracaso tras fracaso.
Por su parte, el ingreso de Podemos como partido independiente en el Parlamento Europeo se debe a los 706.000 sufragios obtenidos por la lista liderada por la exministra Irene Montero.
De cualquier manera, la fragmentación de la izquierda sigue demostrando ser un negocio desfavorable para sus representantes. En este escenario, la elección europea no es una excepción. A pesar de mantener los mismos eurodiputados, por separado, Sumar y Podemos perderían más de 280.000 votos en comparación con los obtenidos hace cinco años por Unidas Podemos.
La entrada de Se acabó la fiesta (Salf), de Alvise Pérez, completaría los partidos representativos españoles en el Europarlamento. El sondeo de Hamalgama le atribuye un escaño y una intención de voto del 2 % obtenidos principalmente de papeletas de Vox, y por las marcas electorales Ahora Repúblicas. Aquí se incluye a ERC, Bildu y BNG, (tres escaños, los mismos que logró en 2019), y Coalición por una Europa Solidaria (CEUS) -PNV y Coalición Canaria. Finalmente, Junts conservaría un único eurodiputado de los tres actuales en la Eurocámara.