El escándalo por la filtración de los Whatsapp entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos continúa sacudiendo a la política española y al Gobierno de España .El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha amenazado con que el Ejecutivo acuda a los tribunales por la divulgación de estos mensajes si no se abre una investigación judicial de oficio.
Estas manifestaciones las ha realizado durante la rueda de prensa de hoy tras el Consejo de Ministros. Bolaños ha dicho que «no hay límite para los ataques» a Pedro Sánchez. «Ni su privacidad se respeta», ha lamentado. El Ejecutivo no prejuzga quién ha podido filtrar dichos mensajes aunque considera que puede constituir un comportamiento «delictivo».
“Es muy grave. Son conversaciones privadas, y suponen un ataque al derecho a la intimidad, todos los ciudadanos de este país se pueden ver afectados por estas prácticas”, ha añadido Alegría, quien ha zanjado que «el contenido de los mensaje es intrascendente».
El Gobierno acusa al PP por intentar sacar rédito de los Whatsapp
Por su parte, la ministra y la portavoz, Pilar Alegría, ha asegurado que «el consejo de ministros ha sido ordinario y con muy buen clima». “Es muy grave. Son conversaciones privadas, y suponen un ataque al derecho a la intimidad, todos los ciudadanos de este país se pueden ver afectados por estas prácticas”, ha declarado Alegría.
“Cuando estos mensajes se dieron, aún no había causa contra Ábalos”, ha justificado la ministra portavoz del Gobierno sobre los WhatsApp.
Una respuesta que busca frenar el foco sobre el contenido de las conversaciones y redirigir la atención hacia el supuesto delito de revelación de secretos. «Si creen que con esta oposición de casquería o de confrontación nos van a desviar de lo importante, que abandonen toda esperanza», ha fijado.
Ni Bolaños ni Alegría han apuntado a ningún posible filtrador, pero la ministra ha acusado al PP de tratar de sacar rédito político de los mismos
Mientras tanto, desde la oposición política, las reacciones no se han hecho esperar. El portavoz del PP, Miguel Tellado, ha cargado contra el Gobierno de Pedro Sánchez y ha destacado que los Whatsapp publicados evidencian que el presidente “lo sabía y lo tapó” porque aforó a su exsecretario de organización “cuando ya era conocedor de que la Audiencia Nacional estaba investigando los contratos del Ministerio de Transportes”
Critica que el presidente solo “eche de menos a su número 2, hoy imputado” pero considere que “su ministra de Defensa es `una pájara´, su exvicepresidente `un maltratador´” o que “el aún presidente de los castellanomanchegos `da entrevistas vomitivas´”
Considera que Sánchez tuvo prisa en convocar elecciones y lanzarse a una investidura imposible porque quería “tenerlo todo atado para cuando el caso estallase: la Fiscalía General bajo control, los socios recién comprados con la amnistía y Ábalos aforado” Señala que el PSOE “se parece más a un club de fans que a un partido político” y que ya no trabajan por ningún principio ni programa, sino solo para no enfadar al líder
Asegura que el presidente “no tolera la disidencia y no acepta los contrapoderes”, y que por eso ataca “con la misma furia con la que combatía a la disidencia interna” a la oposición, a algunos medios de comunicación y al Poder Judicial, afirma Tellado.
¿Ataque a la prensa o legítima defensa institucional?
El planteamiento del Gobierno genera dudas sobre su compatibilidad con la libertad de prensa en relación a la publicación de los Whatsapp.. Al anunciar que denunciará si la justicia no actúa, se pone bajo presión el trabajo de los medios de comunicación que han publicado estos mensajes, especialmente el diario El Mundo, que ha liderado la difusión del escándalo.
Desde el ámbito del periodismo, diversas asociaciones han advertido del peligro de criminalizar la información de interés público, y han recordado que “el derecho a la información no puede ser suprimido cuando los hechos afectan a cargos públicos”.
La amenaza de una denuncia revela un Gobierno a la defensiva, más centrado en protegerse institucionalmente que en dar explicaciones políticas o asumir responsabilidades. La estrategia parece clara: convertir a Pedro Sánchez en víctima de una filtración, y no en protagonista de una conversación comprometida. Una línea que ha seguido esta mañana Yolanda Díaz, quien calificó la filtración de “gravísima” pero evitó pronunciarse sobre el contenido de los mensajes.