Por Luis Merlo Flores
Al concluir la Guerra de La Independencia y la ocupación francesa, España sufre otra invasión: como bien la define Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, “La Masonería abrió una logia en cada esquina”.
En el convulso siglo XIX España sufre bajo la influencia masónica una serie de malos gobiernos, guerras civiles y revoluciones. En febrero del año 1873, tras deponer a Isabel II del trono, se establece la primera República española.
Un experimento sin pena ni gloria con cuatro presidentes y una duración efímera, ya que en diciembre de 187,4 el general Martínez Campos da un golpe de Estado y restablece la monarquía, imponiendo como rey a Alfonso XII, hijo de Isabel II, medida que se llevó a cabo con la general aprobación popular.
Alfonso XII encaró su gobierno con la mejor de las intenciones, pero tuvo que hacer frente a muchas dificultades (Cuba, la guerra carlista, la mala situación de España). No obstante, su mayor problema fue su salud, ya que falleció a los 27 años de tuberculosis. En su corto reinado fue un monarca muy popular y querido.
Al fallecer el Rey, su esposa María Cristina de Habsburgo asume la regencia y da a luz al año siguiente (1886) a un hijo póstumo que asume el trono en 1902 como Alfonso XIII. Los primeros gobiernos de fin del siglo XIX e inicio del XX transcurren con dificultad bajo presión masónica, y los asesinatos de tres Presidentes del Consejo de ministros (Cánovas del Castillo, Canalejas y Eduardo Dato).
En líneas generales se puede decir que España no participa en la Primera Guerra Mundial, solo sobrevive, hasta que en el año 1923, en un golpe de Estado aprobado por el Rey, el general Primo de Rivera asume la Presidencia del Consejo de Ministros y tiene lugar el mejor y más progresista gobierno de España en los últimos dos siglos.
Fue en gran parte debido a las ideas implementadas por su Ministro del Interior, Calvo Sotelo (que fuera pocos años después asesinado por los guardias de asalto de la Segunda República). Interesante mencionar que entre los ministros de este período se encontraba Largo Caballero, que se convertiría en el líder del marxismo. Es también en este período que se produce el histórico vuelo del Plus Ultra desde Palos a Buenos Aires por el comandante Ramón Franco.
Primo de Rivera comete el gravísimo error de llevar a cabo obras y proyectos contrarios a los objetivos de la masonería sin atacar y destruir a la secta, que incluso establece en ese período 80 logias adicionales, extendiendo su poder en las sombras. Un periódico de izquierdas londinense anuncia que Alfonso XIII será destronado para 1930, pero lo que sucede en ese año es que la Masonería moviliza sus fuerzas para forzar al Rey a que destituya al dictador.
Alfonso XIII, en lugar de mantenerse firme, destituye a Primo de Rivera, que se exila en París. Como la situación general de España empeora, el General desde su exilio se comunica con el Rey para ofrecerle regresar. Voces cercanas al Rey le aconsejan que espere antes de hacerlo. Mientras tanto, Primo de Rivera es asesinado en la habitación de su hotel, en un hecho que nunca se investigó a fondo.
En 1931 tienen lugar unas elecciones para ayuntamientos. Como los primeros recuentos parecen dar la victoria a la coalición de izquierdas, el PSOE, en una hábil y organizada maniobra, se moviliza una demostración callejera en Madrid que ya tenía preparada con activistas profesionales, mientras se presiona al Rey, que se encontraba desmoralizado y con mala salud para que abdique.
Alfonso XIII renuncia y se dirige con su familia a Roma. Lo interesante es que cuando llegaron todos los resultados de los comicios, las elecciones habían sido ganadas por los monárquicos, pero eso no impidió que los rojos procedieran con sus objetivos.
Utilizando con habilidad a la turba que se había apoderado de las calles, manifestando alborozo por una victoria que nuca existió, los izquierdistas se apresuran a declarar la Segunda República, nombrando presidente a Niceto Alcalá Zamora. Es decir, que la constitución de dicha república se basó en dos falsedades: primero, una elección para ayuntamientos no justificaba de manera alguna un cambio de régimen y, segundo, ni siquiera las habían ganado.
Mucha gente de enjundia recibió a la República con buen ánimo, pensando que por fin llegaba la modernización y el progreso que tanto precisaba España. Incluso una persona tan notable como Ortega y Gasset apoyó la medida y hasta se incorporó al primer Gobierno, aunque fue para renunciar a los pocos días, cuando descubrió la verdadera calaña de quienes manipulaban la maniobra.
La Masonería se activa para lograr que otras naciones reconozcan al nuevo Gobierno español. Se habla de que por fin la democracia ha llegado a España, y se movilizan manifestaciones callejeras a favor del hecho que la República ha finalmente substituido al absolutismo.
Pero también se desata una violencia inusitada orientada en particular contra la Iglesia, la institución que más odia la Masonería, por considerarla su enemigo natural. Se quemaron templos, se persiguieron órdenes religiosas y asesinaron a gran número de personas allegadas.
Como el gobierno de Alcalá Zamora se había instituido como provisional, se redacta una constitución y se llama a elecciones generales en 1933. Para gran disgusto de los masones las gana la CEDA, el partido de derechas de Gil Robles. Pero Alcalá Zamora maniobra, evitando que Gil Robles asuma el poder, y entrega el gobierno a otro masón, Alejandro Lerroux.
Gobierno de duración efímera, porque a fines del mismo año, el PSOE de Indalecio Prieto, con una maniobra similar a las utilizadas años después por Pedro Sánchez con Mariano Rajoy, descalifica a Lerroux. Hubo un total de 26 gobiernos durante la Segunda República.
En 1936 se vuelve a llamar a elecciones que se declaran ganadas por el Frente Popular. Según las memorias de Alcalá Zamora, los resultados fueron trucados. A partir de este momento se desata una violencia mucho mayor que la anterior, centrada contra la iglesia y los opositores del marxismo.
Se queman 20.000 iglesias y conventos y se asesinan a 300.000 inocentes (entre ellos, a todos los miembros de Falange que pudieron arrestar). Para entonces, el propósito de convertir a España en otro Estado marxista es un objetivo claro y abierto de las izquierdas, abiertamente dirigidas por Moscú, que les aporta ayuda, incluyendo especialistas revolucionarios. Jean Longuet, nieto de Karl Marx y especialista en revoluciones, es enviado por León Blum.
Está visto que el tan mentado episodio” democrático” no tuvo nada de legal ni de democrático, y que fue abiertamente manejado por la Masonería, que no tuvo reparos en asesinar a diestra y siniestra.
Los excesos cometidos provocan la reacción de gran parte de las fuerzas armadas y de los civiles nacionalistas. En julio de 1936, bajo la dirección del General Mola y el comando del General Sanjurjo, se produce el alzamiento nacional del ejército de África y de otras plazas españolas.
El General Goded asume el mando en las Baleares que controla, Francisco Franco lo hace en las Canarias y se traslada a África para asumir el mando del Ejército en ese territorio. Mola se hace fuerte en Pamplona apoyado por los requetés, Fanjul se levanta en el Cuartel de la Montaña de Madrid, Queipo de Llano lo hace en Sevilla y el coronel Aranda en Oviedo.
La armada, cribada por células comunistas, se decanta por la república y la aviación se encuentra dividida. La República recibe ayuda de Moscú y de Francia, así como tropas de las Brigadas Internacionales. Los nacionales reciben apoyo de Alemania e Italia y la prensa mundial los tilda de “fascistas”, cuando sólo eran antimarxistas.
Luego de tres años de Guerra Civil, los nacionales ganan el conflicto y los líderes rojos huyen a la descampada robando todo el oro de España, las cajas privadas de los bancos y hasta el contenido del Museo del Prado.
El General Franco, que comanda las fuerzas nacionales a partir del fallecimiento de Sanjurjo en accidente de aviación, se hace cargo del Gobierno en 1939. Una de sus primeras medidas logra retener en Suiza el convoy con los cuadros del Prado.
Se encuentra con un país devastado por la guerra, paupérrimo, porque los rojos se han llevado los fondos nacionales a Rusia Soviética, México y Francia. Además, España ya era una nación atrasada en muchos años respecto a su evolución, comparada con el resto de Europa.
Ese mismo año se inicia la II Guerra Mundial y, aunque Hitler trata de involucrarlo, Franco tiene la inteligencia de mantenerse neutral. Se limita a enviar La División Azul de voluntarios al frente soviético donde ya luchaban un millón de voluntarios de todas las nacionalidades (incluidos británicos).
Durante la guerra, ambos beligerantes cortejan a España interesados en sus materias primas, pero al concluir la misma en 1945 con la aplastante victoria de los aliados, estos se vuelcan contra España, exigiendo la renuncia de Franco y que se establezca un régimen “democrático”.
El pueblo español nunca soportó imposiciones venidas del extranjero y responde con una mayoría absoluta al referéndum que otorga total apoyo al régimen de Franco. Los aliados se limitan a retirar sus embajadores y someter España a un bloqueo comercial. Los únicos embajadores que permanecen son de la Argentina y de El Salvador.
Ante una situación tan difícil interna y externa, el General Franco demuestra que, además de ser un gran militar, es un inteligente estadista que lleva a cabo el mejor Gobierno que España ha tenido desde Isabel la Católica.
Franco impone en España un gobierno en muchos aspectos similar al de los EEUU, y al que años después adoptaría China. Otorga gran libertad para ejercer cualquier trabajo, crear empresas y desarrollar iniciativas empresariales. Elimina la presión fiscal de los trabajadores y la burocracia para crear nuevas empresas. Con esta sencilla fórmula, España responde positivamente e inicia un gran desarrollo económico.
El Gobierno pone en práctica una decidida política de obras públicas: se construyen más de dos millones y medio de viviendas, se multiplica el número de embalses incrementando así las zonas de riego, se crea una importante industria pesada (el INI) y se invita a empresas como Fiat a fabricar en el país.
El SEAT 600 se convierte en el “auto del pueblo” que un trabajador de clase media podría comprar con un mes de sueldo. Se crea asimismo una obra social con grandes hospitales y se favorece toda iniciativa destinada a mejorar el patrimonio nacional. También se respalda a la familia favoreciendo a las familias numerosas. El bloqueo internacional es abandonado en 1951 y vuelven los embajadores.
Iniciados los años 60, España ya goza del mejor nivel de vida de toda su existencia. El índice de desempleo es virtualmente cero. Se impone el idioma español en toda España y se combate cualquier regionalismo. Para 1970 se lleva a cabo el Acuerdo Económico Preferencial con la CE, que aporta grandes ventajas a España.
En 1975 el Banco Mundial califica a España como la 10ª potencia económica mundial. Se puede decir que la única falta que se le puede abrogar a este gran estadista es el no haber establecido una estructura de gobierno (en particular a nivel Ayuntamientos) que asegurara el futuro luego de su inevitable desaparición. Las Leyes Fundamentales eran no solo anticuadas, sino nada prácticas. Tal vez sería demasiado pedir tanta sabiduría a quien sólo era un gran militar, y que había demostrado ser un magnífico administrador.
Su lema fue “España Una, España Grande, España Libre”. En 1975 fallece Francisco Franco y los políticos se apresuran a crear una especie de “coalición” para declarar formalmente que España “finalmente” deja la dictadura para empezar una democracia con su Tercera República. Para consolidar esta “Transición”, redactan una constitución que regirá a partir de ese momento a la nación.
Naturalmente se olvidan que una constitución redactada por los políticos es el equivalente de un Código Penal redactado por los ladrones. El fin primordial de cualquier constitución (o Estatuto para una empresa privada) es el de proteger a los ciudadanos de los posibles abusos de su propio gobierno (o directivos).
Con la supuestamente “democrática” constitución española, los gobiernos que surgen tienen carta blanca para hacer lo que quieren, y el pueblo se encuentra absolutamente inerme ante sus desmanes. Con gran alharaca se otorga a los ciudadanos un sistema electoral para elegir a sus gobernantes, pero el mismo es solo una mala parodia electoral, siendo un método fraudulento que no establece la representatividad de los funcionarios electos ni garantiza su idoneidad.
El resultado son funcionarios representativos de sí mismos y muy lejos de ser idóneos, es decir no son del “oficio”, como hubiera dicho Francisco de Vitoria. En realidad se puede afirmar que la transición sólo representó un cambio de una dictadura militar a otra dictadura de los autoelegidos políticos. De una dictadura constructiva a una dictadura destructiva.
Como el PSOE se encontraba virtualmente disuelto y precisaba ser reconstruido, el primer Gobierno electo es el de Adolfo Suarez (1976-1981), que transcurre sin mayores cambios ni trastornos. En el período 1982-1996 asume el poder el PSOE bajo la presidencia de Felipe González. Este debió reconstituir su partido con al apoyo de su padrino político Karl Frahm (mas bien conocido como Willie Brandt) y el apoyo financiero de la comunidad hebrea de New York.
Como el PSOE no cuenta con mayoría absoluta, incorpora como vicepresidente a Jordi Pujol, un criminal a punto de ser condenado por fraude bancario, pero que aportaba las bancas del partido independentista catalán, librándolo así de la cárcel. González se encarga con su gestión a eliminar sistemáticamente los logros del gobierno franquista:
- Destruye 3 millones de puestos de trabajo, llevando a España del 0% desempleo al récord europeo del 27%.
- Desmantela la industria, convirtiendo a España en un país de camareros y mucamas.
- So pretexto de luchar contra el desempleo que él mismo ha provocado, incorpora gran número de “enchufados” al gobierno sin oposición alguna, incrementando el tamaño y el coste de la estructura gubernamental.
- Establece unos falsos sindicatos con subsidios gubernamentales que no son otra cosa que instrumentos del PSOE, que junto con tribunales laborales, limita de forma radical la libertad de trabajo.
- Establece la vieja y trasnochada Ley Laboral Socialista (1895), que evita los despidos e impone gran rigidez en las empresas, medida enteramente demagógica que afecta negativamente tanto a las empresas como a los trabajadores.
- Asume el control de los medios de comunicación e inicia una campaña de desinformación.
- Promueve a los movimientos regionalistas que buscan desmembrar España.
- Incrementa los impuestos y aumenta el costo de la vida. Ataca a la familia e inicia la política de “igualdad de género”.
- Emite un decreto imponiendo pena de cárcel a quien niegue la versión judía del holocausto, eliminando de tal manera la libertad de expresión.
- Establece en 1990 la LOGSE, ley de educación que pretende controlarla, eliminando y reemplazando a la de 1970.
- Financia gran número de “chiringuitos” que como entidades privadas actúan para respaldar las actividades del PSOE.
- Adopta la política de “solidaridad y puertas abiertas” ante la invasión de ilegales africanos, permitiendo incluso la radicación de muchos de ellos.
- Aprueba el Decreto de prevención del odio eliminando de forma definitiva la libertad de expresión y abriendo puertas para perseguir a ciudadanos bajo falsos pretextos.
Al PSOE le sigue en el Gobierno el Partido Popular, con José María Aznar (1996-2004) como presidente, en una burda imitación de la política USA de la alternancia de los dos grandes partidos.
Aznar lleva a cabo una administración discreta, sin tomar medidas extremas como las del PSOE. Pero es de llamar la atención que, presumiendo ser el partido de la oposición, no toma medida alguna para eliminar las muy cuestionables estructuras y leyes creadas por el PSOE, tales como los falsos sindicatos, la ley laboral, el control de los medios, la actitud hacia la inmigración africana, cancelar los “chiringuitos”, etc.
Muy curiosa actitud del partido que supone representar a la oposición del PSOE y, como tal, aúna a los ciudadanos que rechazan los principios, las políticas y las medidas de los socialistas.
¿Acaso el PP es un “elefante blanco” que asume la postura de la oposición para neutralizar a los ciudadanos de derechas? Si este fuera el caso, estaría respondiendo a los mismos “patrones” que controlan al PSOE y, en lugar de ser una auténtica oposición, sería un camarada.
Como los españoles en general no profundizan demasiado en las decisiones políticas, estaban influenciados por los medios siempre bajo control socialista y creyendo en el dictum de Aznar de “España va bien”, para las elecciones del 2004 se daba por hecho que el PP sería reelecto y el candidato propuesto por Aznar, Mariano Rajoy, sería el nuevo presidente.
Esto aparentemente contradecía la alternancia que esperaban los socialistas y, dos días previos a las elecciones, tiene lugar el peor atentado terrorista de toda la historia de España, con más de 200 muertos y 1.000 heridos. El atentado de los trenes de Atocha fue naturalmente algo inesperado para los españoles.
Los socialistas, que parecían estar a la espera de dicho atentado, estaban preparados y repitiendo su maniobra de 1930. Largan a la calle una multitudinaria manifestación que se concentra en culpar al PP por el acto terrorista, que sería una represalia contra España por haber mandado tropas a Irak.
Pero España participó sólo en la pacificación de Irak junto con una veintena de países que también enviaron tropas, pero ninguno de los cuales recibió la atención de los terroristas. Ninguna organización de los árabes reclama la autoría. Pero el descubrimiento de un Corán “olvidado” en una camioneta permite al PSOE asignar el ataque a los fundamentalistas.
Era evidente que el principal objetivo del atentado fue alterar el resultado electoral, combinando las bombas con las manifestaciones del PSOE que voceaban a todos los vientos la responsabilidad del PP.
Estos, cogidos por sorpresa, no supieron reaccionar, postergando las elecciones. El PSOE logra su propósito de alterar el resultado y obtener un ajustado triunfo en las urnas. Un desconocido candidato por el PSOE, Rodríguez Zapatero, es el que resulta ser el peor presidente de la “transición”.
Su medida más destacada fue el decreto de la Memoria Histórica (mejor dicho de la mentira histórica) por medio del cual esperaban ganar la Guerra Civil en el recuerdo. Además se centran en la igualdad de géneros y, para dar el ejemplo, su gabinete está constituido un 50% por hombres y un 50% por mujeres, en lugar de serlo un 100% por los más aptos, sean hombres o mujeres.
En el 2011 Rajoy finalmente logra convertirse en presidente. Se repite una actuación similar a la de Aznar, donde la estructura creada por el PSOE se deja intacta y el gobierno del PP no hace más que “pisar huevos”. Finalmente, en el 2018, el PSOE con Pedro Sánchez a la cabeza promueve una moción de censura contra Rajoy, que termina renunciando. Se trata de una especie de golpe de Estado de carácter político, pero el hecho es que Sánchez asume la Presidencia y es confirmado en las siguientes elecciones.
El PSOE, para lograr la necesaria mayoría, hace una alianza con los enemigos de España: Bildu, el partido político de ETA, Podemos, una nueva versión del comunismo en España, y los dos partidos separatistas: el vasco y el catalán. Se inicia de esta manera un gobierno que apunta abiertamente a destruir España.
Se aprueban leyes que indirectamente atacan la familia, suben los impuestos, el coste de la vida se dispara y se favorecen medidas para facilitar el desmembramiento de España. Mientras tanto el PP, con el apoyo de VOX, gana las elecciones de la Región Andaluza que, por más de 20 años, había sido feudo de los socialistas que compraban votos con subsidios y llevaban a cabo muy cuestionables operaciones financieras.
VOX se aviene a no participar en el Gobierno mientras mantiene su apoyo al PP, pero en Andalucía se repite lo sucedido en España bajo Aznar y Rajoy, a saber; no se toma medida alguna para desmantelar la estructura de poder que deja atrás el PSOE.
Mientras tanto, ningún partido propone en su agenda cambiar ni el sistema electoral ni la estructura del gobierno, ni otorgar medios legales para permitir la participación ciudadana. El único político en todo el espectro que propone cambiar la ley electoral es Esperanza Aguirre, a quien Rajoy se encarga de defenestrar.
Es un muy alarmante panorama político que no promete desde ya un halagüeño futuro a la nación. El único partido con una agenda con buenas propuestas es VOX, pero tampoco incluye ninguna modificación al sistema gubernamental. Sin cambios radicales, solo se puede esperar más de lo mismo y una gradual degeneración del país.
Mejorar el nivel de vida en España es algo a la vez fácil y complicado de llevar a cabo. Fácil porque la clave de un mejor nivel de vida y de la prosperidad se basa en lograr pleno empleo con trabajos bien remunerados. Que exista un empleo para todos los españoles y se genere un mercado laboral competitivo donde las empresas paguen cada vez mejores salarios para atraer a los mejores empleados. Y para lograrlo basta con eliminar media docena de medidas gubernamentales que entorpecen y limitan la creación de empleo.
Complicado, porque está visto que ninguno de los partidos mayoritarios parece estar interesado en lograrlo. El PSOE, en primer lugar, es quien puso en marcha las medidas que provocaron el desempleo y dificultan la creación de empresas y de puestos de trabajo. Y el PP nunca hizo nada para remediarlo.
Bastaría hacer lo siguiente para permitir creación de empleo y lograr un mercado laboral de demanda:
- Derogar la Ley Laboral permitiendo el libre empleo
- Cancelar todos los subsidios a sindicatos y organizaciones empresariales
- Reducir impuestos en particular el IRPF (nadie con ingresos hasta € 35.000/año debería tener que declarar. Los impuestos a empresas pequeñas medianas y autónomos deberían reducirse. Cuando las ganancias empresariales se dedican a nuevas inversiones o ampliación de la empresa no debe pagar impuestos. El dinero empresarial destinado a nuevas inversiones no debe pagar impuestos.
- Cerrar la mayoría de tribunales laborales y modificar su parcialidad
- Eliminar y simplificar la burocracia para crear nuevas empresas
- Facilitar el desarrollo de nuevas iniciativas particularmente aquellas que pueden derivar en creación de empleo
- Eliminar 3/4 partes de los empleados públicos, centrándose en quienes no lo son vía oposiciones y los “enchufados”. Para evitar incrementar el problema del desempleo a los considerados “disponibles” se les pagaría el 80% de su salario hasta que consigan un empleo.
- Eliminar restricciones regionales para el empleo (por ej. Hablar el dialecto local). Sólo el español cuenta en toda España.
- Facilitar la compra venta de vivienda para quienes deben trasladarse para asumir un nuevo trabajo
- Organizar buenos cursos de formación. Preferentemente contratados con un ente privado para quienes deban o quieran aspirar a puestos de trabajo que requiere otros conocimientos (por ej. informática).
En líneas generales se trataría de repetir aquello que implantó en su época el General Franco para lograr el pleno empleo.
Cambios necesarios para asegurar el futuro de España
Lograr pleno empleo mejoraría el nivel de vida pero no la calidad de vida. Es imprescindible implantar una auténtica democracia que reemplace a la falsa versión impuesta por los políticos quienes fueron y son los primeros interesados en mantener un sistema que facilita el control por ellos mismos y donde los ciudadanos se encuentran inermes ante los desmanes que puede cometer impunemente el gobierno.
Lo primero a cambiar es la Ley Electoral actual que es una burda parodia para engañar a los ciudadanos. Un buen sistema es el utilizado por los EEUU desde 1904: el sistema de votación por Distritos. Sólo una crucial variante es importante aplicar a este modelo: prohibir terminantemente aportes o donaciones de ninguna especie a los candidatos que los convierten en venales y obedientes a quien aporta el dinero.
El Estado debe proveer los medios necesarios para las campañas de los candidatos preseleccionados. Un buen sistema podría limitar el voto popular para elegir los concejales de los ayuntamientos, los diputados provinciales y los congresistas nacionales. Los Alcaldes, Gobernadores y el Presidente o Primer Ministro deben ser ejecutivos profesionales contratados por los concejales, diputados o congresistas.
Este procedimiento es utilizado con éxito en USA en muchos Ayuntamientos. Cada cargo a ser electo o contratado debe tener un Perfil del Cargo que detalle las características obligatorias y deseables del candidato al mismo.
La Constitución debe especificar por medio de Descripciones de Tareas las responsabilidades, tareas y autoridad correspondiente a cada cargo, pero también hay que establecer límites específicos a la gestión gubernamental: fiscal, endeudamiento, emisión de dinero, tarifas aduaneras, salarios de los funcionarios, déficit presupuestario, etc. El gobierno no puede poseer medio alguno de comunicación salvo tal vez uno dedicada exclusivamente a la música clásica y cultura en general.
También debe especificar en detalle los derechos de los ciudadanos, indicando los medios legales que los mismos disponen para hacerse valer sobre su gobierno si fuere menester: recusación de funcionarios, derogación de leyes o decretos, imposición de proyectos o iniciativas. Estas medidas los ciudadanos las pondrían en práctica vía Plebiscito.
Los ciudadanos de los EEUU también gozan de estas leyes que les permiten imponer su voluntad al gobierno. Como ejemplo tenemos la imposición de la pena de muerte en muchos Estados donde había sido eliminada. La revocación del gobernador de California y su reemplazo por Arnold Schwarzenegger.
Un buen sistema democrático donde son los ciudadanos “quienes tienen la sartén por el mango” aportará muchas ventajas, entre otras:
- Políticos y funcionarios representativos e idóneos bajo la permanente supervisión y control de los ciudadanos.
- Un gobierno más económico y mucho más eficiente.
- Un gobierno bastante más difícil de influenciar por intereses espurios y bien controlado por los ciudadanos.
- Mejor calidad de vida para la población.
- Medios de comunicación cuya calidad, veracidad y objetividad se encuentran supervisadas.
- Mejor nivel de educación con el español obligatorio en toda España.
- Menor coste de vida con impuestos regulados
- Elevado porcentaje de ciudadanos preocupados por la política de su nación
- Mejores salarios en un mercado laboral competitivo
- Por vía natural llegará a imperar la meritocracia en la sociedad.
- El sistema promoverá el desarrollo de ciudadanos conscientes de su valía y satisfechos con su contribución a la sociedad de la que son parte.
Así se podría lograr “España Una, España Grande, España Libre”.