La instalación de 32 toldos desmontables en la Puerta del Sol, una de las plazas más emblemáticas de la capital, ha generado una intensa ola de críticas tanto en el ámbito político como en el ciudadano. La actuación completa, que supone una inversión de 1,5 millones de euros, consiste una estructura en que se instalará solo durante los meses de más calor y se desinstalará posteriormente con el fin de ofrecer zonas de sombra durante los días más drásticos del verano.
El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de Madrid, ha sido fuertemente cuestionado por su elevado coste y su limitada efectividad frente al calor. Desde Más Madrid, su portavoz Rita Maestre ha calificado la intervención como una «chapuza» y ha reprochado al Gobierno municipal la inversión de 13 millones de euros en una plaza sin sombra y la más reciente de 1,5 millones de euros en unos toldos «estrafalarios» que, en su opinión, no cumplen con su función.
La portavoz del PSOE, Reyes Maroto, también ha defendido una alternativa más barata y estética basada en “sombras efímeras”, utilizadas en ciudades como Barcelona, que no requieren anclajes ni perforaciones del patrimonio. A estas cuestionamientos se suman los de numerosos ciudadanos que han manifestado su inconformidad con los toldos porque algunos consideran que desentonan con la estética de la plaza, mientras que otros defienden que son elementos «caros y tardíos» y que no dan suficiente sombra para resguardarse del calor de la temporada estival.
Ante estas críticas, que se han viralizado en redes sociales a través de videos e imágenes de la Puerta del Sol, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, ha defendido que con los toldos «por primera vez habrá sombras» en Sol, para cuestionar a Maestre porque cuando ella estuvo en el Gobierno «no plantó ni un geranio» ni en Sol ni en la Plaza Mayor.
«Ojalá la izquierda siga con estas polémicas, ojalá la izquierda entienda que todo el problema de la ciudad de Madrid son los toldos de Sol, ojalá que la izquierda siga insistiendo en que es un escándalo que no haya vegetación y árboles en Sol cuando no lo ha habido nunca», ha contestado a Maestre después de recordarle a la jefa de la oposición que esta cuestión de los toldos ya estuvo en las últimas elecciones y el PP obtuvo mayoría absoluta.
En su opinión, «los madrileños agradecen que la Puerta del Sol por primera vez sea peatonal, que por primera vez haya sombras en las que uno se pueda refugiar y que por primera vez sea un espacio completamente accesible para los peatones, algo que sólo ha pasado con este Gobierno».
Almeida ha considerado que la izquierda no quiere aceptar que en el Gobierno del PP se plantaron «200.000 árboles y se van a plantar medio millón más». «Les molesta que donde ahora mismo hay asfalto en la Castellana, en el ámbito de las Cuatro Torres, va a haber zonas verdes, y que donde ahora mismo hay 16 carriles de la M-30 va a haber una zona verde o que donde ahora hay una autovía urbana y ellos colocaron semáforos, se está cerrando para que haya 80.000 metros cuadrados de zonas verdes», ha subrayado.
«Que sigan con este tema, que sigan hablando de una Puerta del Sol en la que no hicieron nada y en la que no plantaron un geranio, en la que no adoptaron ninguna medida para mitigar el calor y en la que seguían circulando coches y autobuses. Que sigan equivocándose porque para mí es bueno», ha zanjado.
Asimismo, la delegada de Obras y Equipamientos del Ayuntamiento de Madrid, Paloma García Romero, ha defendido el modelo de toldos en la Puerta del Sol es un Bien de Interés Cultural (BIC), por lo que «no se puede plantar ni un árbol ni instalar estructuras permanentes». «Se ha tenido en cuenta que es una zona con grandes vientos y que necesita anclajes seguros», ha indicado Romero, quien ha destacado que los toldos son desmontables y se han instalado «a petición popular».