El Aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, especialmente en la Terminal 4, cientos de indigentes malviven entre la miseria, el abandono, las drogas y la prostitución. La situación, según sindicatos y trabajadores, ha alcanzado niveles de alarma sanitaria y de seguridad.
Más de 500 indigentes en pleno aeropuerto
Según fuentes sindicales y ONGs, más de 500 indigentes duermen de forma habitual en las instalaciones de Barajas. Muchos de ellos no acuden a albergues por miedo, por no cumplir los requisitos o por la rigidez de las normas. El aeropuerto, abierto las 24 horas y con cierta impunidad nocturna, se ha convertido en su único refugio. Pero no es un refugio seguro: lo que ocurre allí por las noches recuerda más a un gueto que a una infraestructura pública.
Drogas en Barajas: consumo a plena luz y microtráfico
El consumo de drogas es una de las principales preocupaciones de los trabajadores y personal de seguridad del aeropuerto. Jeringuillas, papelinas y restos de estupefacientes han sido encontrados con frecuencia en baños, pasillos, escaleras de emergencia e incluso cerca de zonas de embarque.
Sindicatos alertan de que algunos sintecho están enganchados a heroína, cocaína o metadona, sustancias que consumen en grupo o en soledad durante la madrugada. El olor a disolvente y a orina en determinadas zonas es habitual, y los trabajadores de limpieza denuncian que los baños están en condiciones insalubres, con restos de sangre, condones y basura acumulada.
Además, se sospecha de la existencia de microtráfico dentro del aeropuerto, en el que algunos indigentes intercambian pequeñas dosis de droga por dinero o favores sexuales. La ausencia de vigilancia efectiva en ciertas franjas horarias favorece este tipo de intercambios.
Sexo a cambio de comida o cobijo
Varios empleados y miembros de asociaciones benéficas han confirmado que algunas personas sin hogar ejercen la prostitución dentro del aeropuerto. En muchos casos no es una práctica organizada, sino una forma desesperada de supervivencia: sexo a cambio de comida, dinero para droga o simplemente un lugar más caliente para dormir.
Se han documentado casos de prostitución entre indigentes, pero también con algunos pasajeros u otros usuarios del aeropuerto que aprovechan la vulnerabilidad extrema de estas personas. Los baños, las escaleras mecánicas desactivadas y los pasillos sin cámaras son los lugares más frecuentemente utilizados para estas prácticas, según trabajadores.
“Hay mujeres que son obligadas a prostituirse por sus parejas o por otros sintecho. Y hay hombres que ofrecen sexo por una manta o una botella de alcohol”, cuenta una voluntaria de un colectivo de ayuda. Algunos testimonios hablan incluso de menores migrantes no acompañados en situaciones de extrema vulnerabilidad.
AENA apenas toma medidas con los sin techo
Ante la presión mediática y las denuncias internas, AENA ha comenzado a tomar medidas, aunque muy limitadas. Ha reubicado a muchos de los sintecho en la planta -1 de la Terminal 4, una zona oculta a los pasajeros. Allí, lejos de la vista pública, continúan los mismos problemas: consumo de drogas, peleas, suciedad y prostitución.
AENA ha reforzado la seguridad nocturna, ha incrementado la limpieza con productos especiales y ha instalado más cámaras de vigilancia. Sin embargo, trabajadores y sindicatos acusan a la empresa de “maquillar el problema sin dar soluciones reales”.
Reproches entre AENA vs. Ayuntamiento de Madrid
La crisis ha desencadenado un cruce de reproches entre AENA y el Ayuntamiento de Madrid, encabezado por José Luis Martínez-Almeida. El presidente de AENA, Maurici Lucena, acusa al Ayuntamiento de incumplir su responsabilidad social y de dejar abandonadas a las personas sin hogar.
Por su parte, Almeida señala que el aeropuerto es una instalación estatal, y por tanto la responsabilidad recae en el Gobierno de España. El Ayuntamiento afirma que no puede actuar dentro del recinto sin autorización expresa y que ha ofrecido recursos sociales que han sido rechazados por los propios indigentes.
Mientras tanto, el Ministerio de Transportes y la Comunidad de Madrid guardan silencio, y la Delegación del Gobierno no articula ninguna acción concreta para abordar la emergencia.
Riesgos sanitarios por los indigentes en el aeropuerto
Más allá del drama humano de los indigentes en el aeropuerto, la situación genera riesgos sanitarios y de reputación internacional. Aerolíneas y turistas han denunciado en redes sociales la presencia de indigentes durmiendo en bancos, el hedor en zonas comunes y enfrentamientos verbales o físicos. Algunos pasajeros se han visto obligados a cambiar de terminal o buscar alojamiento lejos del aeropuerto por miedo o incomodidad.
La marca Barajas, orgullo del transporte aéreo español, está siendo asociada al abandono, la marginalidad y el descontrol. El deterioro es tan visible que algunos medios internacionales ya se han hecho eco de lo que ocurre en su interior.
Drogas y prostitución en la puerta de entrada a España
El Aeropuerto de Barajas se enfrenta a una bomba de relojería social por los indigentes. La presencia de drogas, prostitución y personas en situación extrema no es anecdótica, es estructural. Y mientras las administraciones se reparten culpas, la exclusión social campa a sus anchas en uno de los espacios más transitados de Europa.
La situación exige una intervención coordinada, inmediata y con enfoque humanitario.
Se necesitan recursos sociales, dispositivos sanitarios y soluciones habitacionales reales para acabar con esta tragedia cotidiana. Porque Barajas no puede seguir siendo el último refugio de quienes lo han perdido todo.