Los vecinos del distrito de Salamanca, que no habían abandonado la ciudad el pasado 5 de agosto, fueron testigos privilegiados del aparatoso incendio del edificio situado en el número 58 de la calle Don Ramón de la Cruz. El fuego comenzó poco antes de las siete de la mañana en un inmueble de vieja construcción que estaba siendo sometido a obras de rehabilitación. Las llamas se propagaron con rapidez por el entramado de madera y salieron por las ventanas de las cinco plantas e incluso por la cubierta del edificio.
La labor de las siete dotaciones de bomberos que acudieron al lugar evitaron daños mayores y lograron controlar el fuego tras una intensa hora; sin embargo no fue extinguido por completo hasta cuatro horas después.
El inmueble fue declarado en ruina por lo que el Departamento de Control de la Edificación del Ayuntamiento de Madrid se hizo cargo de su demolición. En los trabajos utilizaron técnicas manuales y barquillas para evitar que fuesen afectados los patios y las medianerías de los inmuebles colindantes.
En cuanto a las causas del incendio, no se descarta la hipótesis de que fuera provocado, pues algunos testigos declararon haber visto a varias personas abandonar el edificio antes de que comenzara el fuego. A pesar de estos testimonios, la Policía Judicial ha confirmado que, por el momento, no se han encontrado indicios de intencionalidad.
