Este sábado 5 de julio, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) celebra un Comité Federal trascendental que podría determinar el futuro político inmediato de Pedro Sánchez, en medio de una tormenta judicial, escándalos de corrupción y una creciente crisis interna.
El encuentro, que tiene lugar en la sede de Ferraz, llega en un momento clave: con el caso Santos Cerdán en plena efervescencia y con importantes voces dentro del partido exigiendo explicaciones, cambios y liderazgo claro.
El Comité Federal del PSOE es el órgano más importante entre congresos, y hoy todos los focos están puestos en él. ¿Logrará Pedro Sánchez salir reforzado o comenzará su declive interno? Esa es la gran pregunta que sobrevuela en Ferraz.
La reciente detención e ingreso en prisión de Santos Cerdán, hasta hace unos días secretario de Organización del partido y mano derecha de Sánchez, ha desatado un terremoto interno en el PSOE. Cerdán está acusado de estar implicado en una presunta trama de comisiones ilegales vinculada a contratos públicos, un escándalo que ha salpicado directamente al núcleo duro del presidente del Gobierno.
La estrategia de Sánchez en el Comité Federal:
Para intentar retomar el control y enviar un mensaje de renovación y autoridad, Pedro Sánchez ha planteado una reestructuración de la Ejecutiva Federal. Entre los nombramientos más destacados se encuentra el de Rebeca Torró como nueva secretaria de Organización, en sustitución de Cerdán. Se trata de una apuesta por una figura joven, con perfil técnico, pero sin un peso político nacional consolidado.
Además, Montse Mínguez asume el papel de nueva portavoz del partido, y se incorpora una nueva portavocía adjunta que ocupará Enma López, procedente del Ayuntamiento de Madrid. Estos cambios intentan oxigenar la estructura del PSOE y mostrar que el partido está dispuesto a virar el rumbo tras semanas de escándalos.
Aunque los cambios han sido bien recibidos por una parte del partido, otros sectores ven en ellos un simple intento de maquillaje político. Algunos dirigentes territoriales, como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, han mostrado abiertamente su preocupación por el impacto de los casos de corrupción en la imagen del PSOE.
García-Page ha afirmado que “algunos no saben si van a verse en la cárcel”, en una clara alusión a las consecuencias judiciales que podrían ampliarse en las próximas semanas. Estas declaraciones reflejan el malestar creciente en las federaciones autonómicas, especialmente en aquellas que ven peligrar su poder institucional si la reputación del partido sigue deteriorándose.
El caso Cerdán: una herida abierta en la Ejecutiva
El caso Santos Cerdán se ha convertido en la mayor amenaza interna para Pedro Sánchez desde su llegada a La Moncloa. Hombre de confianza durante muchos años y principal pilar para ganar unas primarias que se han puesto ahora en cuestión por un posible amaño.
La implicación de altos cargos del PSOE, como el exministro José Luis Ábalos y su asesor Koldo García, ha dejado al descubierto una red de intereses económicos y políticos que ha sacudido los cimientos del partido, donde el nerviosismo es palpable por las informaciones que estén por salir y que puedan implicar a ministros o dirigentes del partido.
La figura de Zapatero y la fractura interna
El resurgimiento de José Luis Rodríguez Zapatero como actor clave en los movimientos internos ha generado suspicacias entre muchos cuadros del PSOE.
Zapatero, que sigue siendo una figura influyente entre ciertos sectores del socialismo español, habría tomado el mando de una estrategia de resistencia para blindar a Pedro Sánchez y mantener a flote al partido.
Sin embargo, esa estrategia podría ser un arma de doble filo: mientras algunos la consideran necesaria para cerrar filas, otros la interpretan como una señal de que el PSOE no está dispuesto a colaborar plenamente con la justicia.
¿Está en juego el liderazgo de Sánchez?
El Comité Federal de hoy se presenta, en realidad, como un plebiscito encubierto sobre la continuidad de Pedro Sánchez. Aunque ha manifestado que quiere seguir gobernando hasta 2027 a pesar de que no cuenta con presupuestos y sus socios cada vez se distancian más, está en juego además su autoridad dentro del partido, el respaldo de las federaciones regionales y la fidelidad de muchos cuadros medios que ya empiezan a pensar en un posible relevo a medio plazo.
La decisión de adelantar cambios, anunciar una reconfiguración de la dirección federal y proyectar un mensaje de unidad y fortaleza tiene como objetivo apagar la crisis antes de que consuma por completo al PSOE.
Pero si en las próximas semanas siguen apareciendo informaciones que vinculen a más dirigentes con la trama corrupta, el Comité Federal de hoy podría pasar a la historia como el inicio del fin del “sanchismo”.