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Chivite

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La reciente película "Entre copas" refleja muy bien las posibilidades del turismo vinícola. Porque, en este país, como ocurre en nuestra vecina Italia, la cultura del vino está tan integrada en la vida diaria de sus habitantes, que visitar sus bodegas va mucho más allá de la cata. Es también beber de una fuente de conocimientos históricos, culturales, paisajísticos, y de conservación de la naturaleza. De ahí que visitar bodegas se haya convertido en "el pretexto ideal para beber sin sentirse culpable". El ingenioso argumento del escritor Sergi Pamies me animó, pues, a descubrir la ruta Navarra de los buenos vinos: Bodegas de Chivite en Cintruénigo, en Viña Salceda, y en El Señorío de Arínzano…

Cuando se habla de Navarra, lo primero que acude a la mente son los encierros de San Fermín. Nadie puede negar que esta tradición es, en efecto, el distintivo mundial de esta región. Sin embargo, cualquier gastrónomo o aficionado al vino sabe que Navarra es famosa también por sus buenos caldos. Y en este sentido, los elaborados por Chivite brillan con personalidad propia por encima de los demás. Es uno de los grandes nombres de la cultura vinícola mundial. Más aún: sus vinos constituyen, hoy por hoy,  las credenciales tanto para España como para el exterior de los vinos de Navarra.

El mérito de Chivite
Las bodegas de Julián Chivite, fundadas en 1647, son las más antiguas de la denominación, una seña de identidad familiar intransferible, de padres a hijos. Y después de casi cuatro siglos, la undécima generación familiar  no sólo ha consolidado en los mercados nacionales e internacionales su "Gran Feudo", sino toda una amplia gama de tintos, rosados y blancos. Entre ellos, destacan de forma sobresaliente todos los de "Colección 125", así como dos tintos (Gran Reserva y Reserva) y dos blancos (varietal chardonnay y moscatel vendimia tardía). Pero su gran mérito es haber conseguido elevar el vino rosado a su nivel de distinción. Su "Gran Feudo", considerado como el margaux de los rosados españoles, se ha convertido en la mejor tarjeta de visita del vino navarro. En este sentido, el empeño personal de Chivite ha logrado romper la sacrosanta frontera del refinamiento, sólo reservado a los tintos y los blancos. ¡Su rosado es el más famoso de España!

El Señorío de Arínzano
Un modelo de viñedo absolutamente respetuoso con su entorno es el de El Señorío de Arínzano, muy cerca de Estella. La finca, de 350 hectáreas, se extiende a una y otra orilla del río Ega. Es un territorio que atesora un bosque de gran interés ecológico por la diversidad de su flora y fauna silvestre. En este viñedo destaca la bodega diseñada por el prestigioso arquitecto navarro Rafael Moneo, y, por su espectacularidad, -tanto artística como por su  potente sistema informático  que controla la elaboración, el almacenaje y la climatización de cada nave de la bodega- es digna de ser visitada. Posee, además, una torre del siglo XVI, una capilla neoclásica del XIX, y la Casona del siglo XVIII.

En  este privilegiado lugar, la familia Chivite ha conseguido producir excelentes caldos locales y foráneos (tempranillo, merlot, cabernet, etc.) sin alterar el paisaje natural.

Esta instalación está supervisada por un programa de WWF/Adena, la delegación española del Fondo Mundial para la Naturaleza, para compatibilizar la explotación vitivinícola con el respeto medioambiental. Todo un modelo a imitar.

Más información:
Tel. 91.4311913.
e-mail: [email protected]
www.franciscogavilan.net.

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