Los juegos de naipes se han convertido en motivo de discordia para los mayores del distrito. Dos semanas lleva ya en pie de guerra un numeroso grupo de este colectivo, reivindicando su derecho a jugar a las cartas en la sala polivalente del centro ubicado en la Avenida de Daroca.
La polémica, tan inesperada como intensa, se remonta cuatro meses atrás. Con el comienzo de las obras de remodelación del Centro Cultural El Madroño, un grupo de unos 100 mayores se quedaba sin espacio donde jugar a las cartas. Por este motivo y aprovechando el final del curso en los talleres, el Gobierno municipal habilitó la sala polivalente del centro de mayores para tal fin. Pero el comienzo del nuevo curso obligó a buscar una nueva alternativa. Los talleres comenzaban y los enamorados del naipe no podían disponer del salón durante el día entero. Por este motivo, y coincidiendo con el traslado de la Policía Municipal a sus nuevas dependencias, desde la Junta pensaron habilitar el local de la calle Lago Titicaca de forma provisional. Una solución que no ha sido acogida con agrado por los habituales del naipe que el pasado 2 de octubre se negaron a abandonar el centro de mayores, impidiendo el comienzo del taller de tai-chi. Las razones que aducen son, en opinión de los reponsables municipales, tan variadas como rebatibles. Según uno de los asesores de la Junta, Ángel Ramos, “hemos hecho un verdadero esfuerzo por acondicionar el local de la calle Lago Titicaca en dos días, por lo tanto no podemos aceptar la acusación de que no nos preocupamos por los mayores que, por otra parte son el único colectivo que utilizaba el centro cultural, a los que les hemos buscado una alternativa duante el periodo de obras. Además, hemos estado constantemente abiertos a escuchar sus peticiones y en lugar de una sala, les hemos habilitado tres con un total de 22 mesas; las mismas con las que contaban en El Madroño”. En cuanto a las quejas relacionadas con el acceso y las condiciones del local, los populares también se han mostrado tajantes, “unas dependencias -aseguró Ramos- que han sido utilizadas durante tres años por los agentes de la Policía Municipal, reúnen sobradamente las condiciones oportunas para que los mayores puedan hacerlo tres meses”. Los populares aseguran además haberse sentido muy sorprendidos ante la reacción de un colectivo que estaba previamente informado de todos los cambios e insisten en la idea de recalcar que la medida es provisional, pues con la finalización de las obras en el centro cultural, los habituales del naipe volverán a su lugar de siempre.
Los argumentos del equipo municipal, sin embargo, no parecen haber convencido a los miembros de la oposición. El portavoz del grupo municipal socialista, Óscar Iglesias, calificó de “chapuza e indignidad meter a los mayores en un cuchitril que no reúne las condiciones de habitabilidad ni seguridad necesarias”. En opinión de Iglesias el local de Lago Titicaca es el remiendo a un problema de base que tiene que ver con que el centro de mayores nació pequeño. Por eso reclamó el compromiso del Gobierno para la am-pliación del mismo lo antes posible.