La muerte de este repartidor de comida se ha producido dos semanas después de que el Consejo de Ministros aprobase la conocida como ley de ‘riders’, que reconoce a los repartidores de las plataformas digitales como trabajadores asalariados y no falsos autónomos, tal y como sucede hasta ahora en la mayoría de los casos.
CCOO ha denunciado este miércoles las condiciones de precariedad en la que desarrollan su trabajo los repartidores de comida a domicilio, los conocidos como ‘riders’, y ha reclamado que el accidente de tráfico en el que ayer murió el segundo repartidor en lo que llevamos de año sea considerado accidente laboral.
El sindicato ha trasladado su pésame por la muerte de un repartidor de comida de la empresa Glovo registrado este martes al colisionar su moto con un coche e impactar en un guardarraíl de la A-3. Según datos del sindicato, esta muerte eleva a 20 el número de fallecidos por accidente de trabajo en el sector Servicios en este año y a 31 los totales en todos los sectores.
Además, se trata de la segunda muerte de un ‘rider’ en lo que va de año en la región, después de que otro, de 48 años, falleciera el 8 de febrero por la noche cuando cubría un pedido en la calle Embajadores para la empresa Deliveroo. Su moto colisionó con un camión de la basura y las heridas provocadas ocasionaron su muerte unos minutos después.
La federación madrileña del sindicato ha reclamado la actuación de la Inspección de Trabajo para que el accidente de ayer sea considerado como accidente laboral y no como un accidente de tráfico y ha exigido a las empresas «que implementen todas las medidas preventivas necesarias para preservar la vida de sus trabajadores y trabajadoras».
En un comunicado, CCOO ha denunciado así que el modelo de negocio del reparto a domicilio «es sinónimo de precariedad y de condiciones de seguridad y salud inaceptables». En esta línea, ha denunciado que se caracteriza por «contratos precarios, motocicletas muchas veces antiguas y sin mantenimiento adecuado, EPI insuficientes y ausencia de formación en materia de seguridad y salud».
Además, ha resaltado que la organización en este sector «exige más cantidad de trabajo de la que se puede asumir en el tiempo disponible para hacerlo, con jornadas dispares, turnos de trabajo irregulares, sin horario fijo, con sueldos de miseria, y donde lo importante es hacer el mayor número de repartos y rápidos».
«Trabajar y cobrar bajo pedido ejerce una enorme presión en los repartidores, que se une al hecho de estar geolocalizados tanto por la empresa como por el cliente y hace que la presión sea aún mayor y que vayan muy rápidos de un sitio a otro», ha destacado la secretaria de Salud Laboral del sindicato, Carmen Mancheño.
La muerte de este repartidor de comida se ha producido dos semanas después de que el Consejo de Ministros aprobase la conocida como ley de ‘riders’, que reconoce a los repartidores de las plataformas digitales como trabajadores asalariados y no falsos autónomos, tal y como sucede hasta ahora en la mayoría de los casos.
En este sentido, la responsable sindical ha dicho esperar que esta ley tenga una incidencia directa en las condiciones de seguridad y salud de los trabajadores y que «se exijan con contundencia todas las obligaciones empresariales en prevención de riesgos laborales, tanto las referidas a las condiciones materiales y técnicas como organizativas, incluyendo el conocimiento de los algoritmos que se emplean».
Igualmente, ha dicho confiar en que sirva para conseguir empleos «no solo ‘legales’ sino también seguros y de calidad» y para asegurar «que no sea necesario jugarse la vida para poder tener un salario digno, como sucede en este momento».
