La Guardia Civil y la Europol han desarticulado una organización criminal dedicada al tráfico internacional de cocaína y posterior blanqueo de capitales en España, aunque la red estaba «fundamentalmente» asentada en Barcelona.
Así lo han explicado en una rueda de prensa este viernes el delegado del Gobierno en Cataluña, Francisco Botana; el general jefe de la Guardia Civil de Cataluña, Pedro Antonio Pizarro; y el capitán jefe de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de Lleida y el capitán jefe de Operaciones de la Policía Judicial de Cataluña, que no han querido decir su nombre por seguridad.
Prieto ha explicado que la investigación se desarrolló en varias fases desde 2022, y ha culminado con la detención de 25 personas -22 de ellas ingresaron en prisión-; la investigación de otras 8 y la realización de 29 registros en Barcelona, Madrid, Valencia, Málaga y Cádiz.
Durante los operativos, se han incautado más de 6 millones de euros en efectivo, grandes cantidades de droga, 48 armas de guerra, multitud de artículos de lujo y 30 vehículos de alta gama.
El presunto grupo criminal introducía la droga en España a través de contenedores marítimos de productos «aparentemente legales», como maquinaria industrial y frutas tropicales, y tenían una estructura jerárquica con inversores, testaferros, personal portuario encargado de facilitar la extracción de la droga en Barcelona y encargados del blanqueo de beneficios, entre otros.
El líder de la organización ‘Lucky’ coordinaba las operaciones, mantenía el control de la red y ocultaba su implicación directa utilizando a otras personas como intermediarias para hacer transacciones legales a través de empresas de construcción o de compraventa de vehículos y adquirir bienes del dinero ilícito.
La investigación
La investigación se inició el 4 de enero de 2022, tras la intervención en Lleida de 620 kilogramos de cocaína ocultos en el interior del rotor de un generador eléctrico, importado por una empresa panameña, y a partir de ese momento, se establecieron alertas y sistemas de seguimiento a envíos vinculados con la empresa investigada.
A raíz de las alertas, en junio de 2022 se interceptó un envío en el aeropuerto de Madrid-Barajas, con 200 cajas de piñas destinadas a la empresa investigada y, en su interior, se encontraron más de 62 kilos de cocaína, y siguieron la entrega hasta Barcelona, hecho que les permitió identificar a miembros de la red.
Durante la investigación se analizó la actividad del grupo y sus conexiones internacionales y se incautaron más envíos de droga en diferentes puertos internacionales: 3 contenedores en Panamá con 4.100 kilos de cocaína y 2 en España con 700 y 1.600 kilos de cocaína.
Tres fases de explotación
En la primera fase de la investigación se detuvo a 3 personas y se investigó a otras 8, además de intervenir 620 kilos de cocaína y 181.000 euros en metálico, y en la segunda fase se intervinieron más de 62 kilos de cocaína ocultos en una partida de piña natural procedente de Costa Rica y con destino Barcelona, con la detención de 4 personas y 7.900 euros en metálico.
En la tercera fase realizaron 29 registros y 18 detenciones en Barcelona, Valencia, Madrid, Cádiz y Málaga, donde se hallaron más de 6 millones de euros, drogas -como marihuana y cocaína rosa, ‘tusi’-, vehículos con compartimientos para esconder la droga y armas.
Colaboración entre policías
Esta operación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción 3 de Lleida, «representa un golpe contundente contra el crimen organizado, fruto de una compleja investigación y la colaboración eficaz entre diversas unidades y organismos nacionales e internacionales».
Se ha compartido información con Costa Rica, Panamá, Dubái y Colombia a través del Centro de Inteligencia Criminal Antidroga, dirigido por la Guardia Civil en el marco del Proyecto GDIN, el cual estaba financiado por la Comisión Europea.
Prieto, Pizarro y capitanes
«La clave era la desarticulación completa del grupo, que no es en absoluto algo sencillo», ha celebrado Prieto, lo que atribuye a mucha paciencia, mucha investigación, saber esperar y colaboración entre policías, en sus palabras.
Además, ha asegurado que la presencia de armas ilegales preocupa mucho a la sociedad española, y esta organización tenía armas largas automáticas, fusiles, escopetas, armas cortas con silenciador, puños americanos y pistolas táser.
Por su parte, Pizarro ha destacado que «lo verdaderamente interesante» es que se han realizado incautaciones antes de que la droga llegara a territorio nacional, y ha insistido en que la Guardia Civil está haciendo muchos esfuerzos para colaborar con países y acabar con estos grupos.
Los capitanes de la Guardia Civil han explicado que los miembros del grupo eran gente que «no tienen una actividad económica tan elevada que les permitiera llevar esas vidas que llevaban», y han detallado que el líder del grupo estaba asentado en El Prat de Llobregat (Barcelona), con una vida aparentemente normal, como cualquiera de nosotros, en sus palabras.
«Se habían asentado aquí porque Barcelona es una ciudad importante a nivel de España, pero quería resaltar la gran implicación y volumen de negocio que está presente en el Puerto de Barcelona. El líder era una persona conocedora del mundo del negocio del narcotráfico y era bastante influyente en cuanto al resto de estructura delictiva», ha añadido uno de los capitanes.