La corrupta y diabólica Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, está preparando para su implementación a partir de octubre de este año el euro digital, que es el plan más siniestro imaginable en la historia de la Humanidad. A partir de su implantación, podrán seguir la pista de todos tus gastos, decidir lo que puedes y no puedes comprar, y confiscarte todos tus ahorros.
Solo existe una forma de defenderse contra el mayor expolio imaginable que plantea la Comisión: esa banda de forajidos por encima de la ley que gobierna la Unión Europea. De forma general, operar al máximo posible con efectivo para realizar las compras, y de manera más específica, en el caso de los ahorros e inversiones: para las personas de renta baja, sacar sus ahorros de los bancos y mantenerlos en casa; y para las personas de rentas medias y altas, transferir sus carteras de valores a los EE. UU., ya que ni siquiera Suiza será un refugio seguro para escapar a la moneda digital.
La mayor parte de los bancos europeos —y desde luego los grandes bancos españoles— tienen sucursales en EE. UU., por lo que ni siquiera sería necesario sacar los ahorros o carteras de valores de los bancos habituales. Bastaría con ordenar a los bancos con los que operan en España el traslado a una de sus sucursales en Estados Unidos.
Esto no solo pondría a salvo el dinero del control y expolio del euro digital, también los eximiría de pagar impuestos y les otorgaría la carta verde para residir en EE. UU. Lo primero es lo realmente trascendente: según una nueva ley de Trump, los extranjeros que trasladen su dinero o sus carteras de valores a EE. UU. estarán exentos de pagar impuestos en sus países de origen, y ningún banco instalado en ese país puede facilitar la información fiscal de sus pérdidas y ganancias a las agencias tributarias de dichos países.
Lo segundo es que tendrían permiso de residencia permanente en EE. UU., en caso de querer utilizarlo.
Pero la desvergüenza y el latrocinio de Von der Leyen y de la banda de forajidos que constituyen la Comisión —que nos cuesta a los españoles 12.000 millones de euros al año— no conoce límites ni barreras. Ahora pretenden liderar todo el gasto de defensa europeo, es decir, ser ellos quienes decidan dónde y a quién se destinan los 800.000 millones de euros que van a invertirse en mejorar sustancialmente la defensa europea. Algo que solo estaría justificado en España, donde los distintos gobiernos del PSOE y del PP han dejado a nuestra patria completamente indefensa.
Pero lo más increíble de la propuesta es que quien la hace es Ursula von der Leyen, la misma persona que fue ministra de Defensa en Alemania y que fue acusada de lucrarse personalmente con la compra de material militar. Solo pudo salvarse gracias a la enérgica intervención de su amiga, la entonces canciller Merkel, enviándola a Bruselas como presidenta de la Comisión, donde está completamente por encima de la ley y sin control económico alguno.
Hay que tener un cinismo y una cara dura casi infinitos para auto-proponerse como líder de la compra de todas las armas necesarias para el rearme europeo. En los EE. UU. de Trump, esta auténtica miserable iría directamente a la cárcel, igual que ocurriría en cualquier país democrático.