Los clientes podrán llevarse a casa lo que no hayan consumido en bares y restaurantes en envases de manera gratuita y sin coste para el consumidor, gracias a la aprobación hoy jueves en el Congreso de los Diputados de la Ley de Desperdicio Alimentario. Esta es una de las medidas más importantes de la ley que se ha obtenido el sí de la Cámara, teniendo en cuenta la importancia del sector de la hostelería en España.
La obligación de permitir a los clientes llevarse las sobras de comida sin coste adicional supone un cambio significativo para los bares y restaurantes y otros establecimientos hosteleros. Hasta ahora, muchos locales cobraban por los envases o simplemente no ofrecían esta posibilidad a sus clientes. Con la entrada en vigor de la nueva ley, deberán adaptarse y proporcionar envases reutilizables o fácilmente reciclables.
Las multas por incumplir la normativa para bares y restaurantes por no facilitar los envases pueden alcanzar los 6.000 euros por infracción, junto con la posibilidad de clausura temporal del negocio hasta que se solventen dichas irregularidades.
Aparte de esta medida, la nueva ley promueve la donación de alimentos sobrantes en el sector de la distribución, obliga a los establecimientos de más de 1.300 metros cuadrados a suscribir convenios de colaboración con ONG para esta donación y contempla sanciones por incumplimiento.
Por otro lado aquellos alimentos que no se hayan vendido pero que mantengan condiciones óptimas de consumo, se transformarán en otros productos, como zumos o mermeladas. Cuando dichos alimentos ya no sean aptos para el consumo humano, la preferencia de uso será, por este orden, la alimentación animal y fabricación de piensos; el uso como subproductos en otra industria y, ya como última opción residuos, la obtención de compost o biocombustibles.
PRODUCTOS «FEOS»
Asimismo, el proyecto de ley establece una serie de medidas de buenas prácticas, tanto para la administración como los distintos eslabones de la cadena, para evitar el desperdicio. Por ejemplo, contempla que los establecimientos comerciales dispongan de líneas de venta de productos considerados «feos, imperfectos o poco estéticos», o promover el consumo de productos de temporada, de proximidad o ecológicos.