Banco Sabadell renuncia a su negocio internacional para impedir la OPA del BBVA

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El presidente no ejecutivo de Banco Sabadell, Josep Oliu, Fuente Europa Press
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Raúl Sánchez Folgueiras

Raúl Sánchez Folgueiras, economista y director adjunto de El Distrito Ha trabajado en diferentes medios de comunicación, en periódicos como Estrella Digital como director y posteriormente como redactor jefe de Merca2. Colabora como tertuliano en diferentes TV y radios nacionales. IG /Twitter: RaulFolgueiras

Banco Sabadell ha decidido renunciar a su negocio internacional, concretamente a su filial británica TSB, en un movimiento que busca frenar la OPA hostil lanzada por BBVA.

Esta decisión marca un antes y un después en la pugna por la independencia del banco catalán, que ha optado por fortalecer su posición financiera y dar una señal clara al mercado: no está dispuesto a ser absorbido sin luchar.

Desde que el Gobierno anunciara que autorizaba la opa de BBVA sobre Sabadell con la condición de que se mantuviesen como dos entidades autónomas durante los próximos tres años, las acciones del BBVA han tenido un mejor comportamiento que los del banco catalán.

En este caso se ha reducido el diferencial entre la oferta y el valor de mercado de Sabadell al entorno del 5%, principal argumento que tendrían los accionistas del Sabadell para rechazarla.

La venta de TSB, que Sabadell adquirió en 2015 por 2.300 millones de euros, se ha convertido en el eje de una maniobra defensiva frente a la oferta de BBVA, valorada en más de 14.000 millones. Con esta operación, la entidad presidida por Josep Oliu busca aumentar su capital disponible, reforzar sus ratios financieros y ganar tiempo ante una oferta que muchos califican de oportunista.

Santander y Barclays ya han llegado a la fase final del proceso para hacerse con TSB, según varias informaciones. Las ofertas, que podrían superar los 2.000 millones de euros, permitirían a Sabadell desprenderse de una filial que, si bien ha ganado rentabilidad en los últimos años, nunca terminó de integrarse plenamente en el proyecto del grupo.

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Una jugada del Sabadell para convencer a los accionistas

Con esta decisión, Sabadell busca seducir a sus accionistas con un mensaje claro: quedarse en solitario puede ser más rentable que aceptar la oferta de BBVA. El consejero delegado, César González-Bueno, ha reiterado que la venta de TSBsolo se hará si crea valor para los accionistas”. Y, según fuentes del mercado, el plan del banco pasa por usar los fondos obtenidos para recomprar acciones y repartir dividendos extraordinarios.

Esta estrategia permitiría a Sabadell mejorar su cotización bursátil y reducir el atractivo de la OPA del BBVA, basada principalmente en un canje de acciones. Si Sabadell logra elevar su valor en bolsa gracias a esta desinversión, los accionistas podrían ver con peores ojos la oferta del banco presidido por Carlos Torres Vila.

El BBVA, bajo presión

La decisión de Sabadell ha generado tensiones en el entorno del BBVA. Carlos Torres, presidente de la entidad, ha advertido públicamente que la venta de TSB “debe cumplir estrictamente con la legislación vigente”, en una clara referencia a la obligación de pasividad que impone la normativa sobre OPA.

El BBVA ve cómo se complica su intento de adquirir Sabadell. La operación, ya condicionada por las exigencias del Gobierno —que impide la fusión total durante tres años—, ahora se enfrenta a una entidad que está ganando músculo para resistir. La venta de TSB se interpreta como un desafío directo a la estrategia de BBVA, que confiaba en una integración rápida para alcanzar sinergias de 850 millones de euros anuales.

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Una decisión con respaldo político e institucional

El Gobierno español ha manifestado en varias ocasiones su desconfianza hacia la OPA del BBVA, temiendo que la operación derive en una mayor concentración bancaria y una reducción de la competencia en el sector financiero. En ese contexto, la decisión de Sabadell de centrarse en su negocio doméstico podría recibir el beneplácito de las autoridades regulatorias.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), por su parte, ha recordado que Sabadell debe respetar su “deber de pasividad” durante el proceso de OPA. No obstante, ha dejado entrever que la venta de TSB podría considerarse una operación ordinaria si se justifica como parte de una estrategia a largo plazo, algo que Sabadell ya ha empezado a comunicar públicamente.

Si BBVA continúa con la opa y hay acuerdo de venta, el Sabadell deberá aprobarlo en junta extraordinaria de accionistas por el deber de pasividad y sin necesidad de convocar tal asamblea si el vasco arrojase la toalla.

El futuro de Sabadell: banca nacional con ambición

Con la venta de TSB, Banco Sabadell dice adiós a su principal aventura internacional, pero no a su ambición. El banco busca ahora consolidarse como una de las principales entidades del sistema financiero español, enfocándose en su negocio minorista, en la financiación a pymes y en la transformación digital.

Este reposicionamiento permite al banco reforzar su identidad como entidad independiente, con centro de decisión en Cataluña y fuerte implantación territorial. El mensaje es claro: “Mejor solos que mal acompañados”. La operación con TSB no solo sirve para bloquear la OPA del BBVA, sino también para redefinir el proyecto de Sabadell para los próximos años.

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¿Y ahora qué? El calendario de la batalla

La batalla entre BBVA y Sabadell entra en su fase decisiva. Está previsto que la junta extraordinaria de Sabadell se celebre en el mes de agosto, donde los accionistas deberán decidir si aprueban la venta de TSB y, más adelante, si respaldan o rechazan la OPA.

Mientras tanto, BBVA sigue sondeando a los grandes fondos institucionales, buscando apoyos para sacar adelante la operación. La posibilidad de que BBVA tenga que mejorar su oferta está sobre la mesa, aunque el contexto político y regulatorio complica cualquier modificación sustancial.

La decisión de Banco Sabadell de renunciar a su negocio internacional para impedir la OPA del BBVA marca un punto de inflexión en el sistema bancario español. Se trata de una apuesta valiente por la independencia, que podría sentar un precedente en futuras operaciones corporativas dentro del sector.

En lugar de dejarse absorber, Sabadell planta cara con estrategia y gestión, apostando por el valor a largo plazo y por una estructura más sencilla, rentable y nacional. Lo que comenzó como una OPA hostil podría terminar como una lección de defensa empresarial eficaz. La última palabra, sin embargo, la tienen los accionistas.

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