La presidenta del PP madrileño y de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha arremetido una vez más contra la Conferencia de Presidentes celebrada este viernes en Barcelona y ha lanzado una indirecta al desencuentro que tuvo con la ministra de Sanidad, Mónica García.
En la concentración en Plaza España contra el Gobierno presidido por Pedro Sánchez, convocada bajo el lema ‘Mafia o democracia’, Ayuso se ha manifestado en contra de la «dictadura de las minorías», de los «resentidos» y de un Gobierno «donde el nacionalista es el rey». «Menos besos y más respeto por la verdad y por la libertad», ha exclamado.
La presidenta madrileña ha advertido de la «peligrosísima senda de los vividores de lo público para privatizarlo y que nada cambie para que no se les caiga la pancarta, de los recaudadores profesionales a costa del contribuyente, de normas absurdas, de leyes incomprensibles, del negocio corrupto identitario donde el nacionalista es el rey, de la pretendida lucha de clases de rico-pobre, propietario-inquilino, empresario-trabajador y, eso sí, la clásica división izquierda-derecha, alentando con millones de euros los fantasmas del pasado».
En su concepto, «lo último que le faltaba a España era un Gobierno corrupto, sin principios, sin amor por su nación, capaz de poner al frente a personas capaces de fabricar más corrupción para tapar corrupción». «Normalizan el crimen y criminalizan la vida normal», ha puntualizado.
Ayuso ha afirmado que «las dictaduras entran a sorbos, poquito a poquito, de manera inocua, aparentemente inofensiva». «Y dirán qué exagerado es hablar de que es así como nacen las dictaduras si nos dicen en el telediario que la economía va bien. ¿Qué más da que amnistíen a golpistas corruptos si es por la convivencia? ¿Qué más da que Bildu presente a candidatos con delitos de sangre en sus listas?», ha recalcado.
La presidenta madrileña tiene claro que los Estados dictatoriales entran «a través de esa normativa liberticida, matando a la empresa, a los comercios, al emprendimiento, porque necesitan acabar con la clase media, porque la quieren dependiente, agraviados, divididos, enfrentados«. Y todo ello con la estrategia para «tapar todo con escándalos» haciendo «que todo explota de manera simultánea, para que no se pueda digerir por la opinión pública ni por el periodismo independiente».
«Cuando la democracia popular suplanta a la liberal, se entra en dictadura. Cuando tres valen más que dos, al margen de la ley, se entra en dictadura, que es precisamente lo que pretenden dictar desde el Constitucional, que un poder está por encima de otro y todos al servicio de Sánchez», ha arremetido afirmando que «esto es lo que lleva sucediendo tantos años en País Vasco, en Navarra, en Cataluña».
«Abramos los ojos. ¿Cuánto más tiene que ocurrir? ¿Esto es lo que le mantiene a Maduro en las urnas? ¿En democracia? Por cierto, con José Luis Rodríguez Zapatero y con este gobierno detrás. ¿Hay urna? Sí. ¿Pero esto es democracia? No, claro que no», ha advertido.
En su discurso, ha indicado que la imagen que describe la situación en España en la última semana «es la de la fontanería pegándose en directo con las cloacas», una fotografía que destapa «operaciones de Estado cutres, como lo son sus orquestadores».
«Son tramas contra adversarios, contra jueces, contra empresarios, contra todos aquellos que hacen su trabajo y destapan la corrupción del Gobierno, afines colocados en las instituciones, apartando a los funcionarios de prestigio para cobrar por los servicios más sucios, para que los jueces, magistrados, fiscales, políticos, periodistas tengan miedo a ejercer libremente sus responsabilidades», ha dicho.
Ayuso, en ese orden de ideas, ha pedido a la ciudadanía que nada les resulte indiferente, que no se acomoden ni acostumbren porque «se han acabado las reglas, el pundonor, el respeto por la verdad, el pensar en lo de todos, cada uno desde su punto de vista».
«Ahora, en la España de Sánchez, el que discrepa está acabado, sea del partido que sea, sea un periodista, un artista o un ciudadano anónimo», ha concluido para advertir que la herencia de Sánchez se va a pagar «por décadas».