Este martes se ha celebrado «el reciente avance» de la sanidad en Madrid, donde la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso ha aplaudido la exitosa realización, por primera vez en España, de la implantación de una innovadora válvula pulmonar mediante cateterismo en un paciente con cardiopatía congénita, llevada a cabo por cardiólogos del Hospital General Universitario Gregorio Marañón.
En este momento, me gustaría comenzar agradeciendo una vez más a la sanidad de Madrid, a la de todos nosotros. En particular, al grupo de cardiólogos y enfermeras del Hospital Gregorio Marañón (…) Esta innovación tecnológica es una opción a la cirugía de corazón abierto; por lo tanto, imaginen el avance que supone sustituir este tipo de intervenciones por un procedimiento mucho menos invasivo, más rápido, que conlleva menos dolor y menos complicaciones para el paciente», ha destacado la presidenta desde la Real Casa de Correos, donde ha dado a conocer la nueva estrategia de Madrid para la discapacidad.
La líder regional ha expresado estar «sumamente satisfecha» con los servicios públicos de la comunidad, destacando especialmente la sanidad, la cual «cada jornada alcanza un nuevo logro en beneficio de todos los españoles y de todos los habitantes del planeta». «Considero que los servicios públicos deben estar disponibles para esto, para lo esencial y para que en ningún momento nadie quede rezagado», ha declarado.
Con 51 años, Mauricio Chiandussi se convierte en el primer paciente en aprovechar este novedoso tratamiento, una opción a la intervención quirúrgica a corazón abierto, que se lleva a cabo mediante un procedimiento mínimamente invasivo utilizando catéteres, lo que posibilita la corrección de anomalías estructurales que obstaculizan la conexión entre el corazón y los pulmones.
Presentaba una tetralogía de Fallot, un defecto cardíaco que ocasionaba que la sangre permaneciera desoxigenada con mayor frecuencia, y fue sometido a una operación en su niñez. Después de varios años disfrutando de una calidad de vida aceptable gracias a dicha intervención, era necesario que el paciente recibiera un reemplazo de su válvula pulmonar, la cual, años más tarde, le dificultaba el flujo sanguíneo normal hacia los pulmones.
Previo a contar con esta opción, la única solución disponible para este paciente habría sido la intervención quirúrgica. En la actualidad, debido a esta tecnología, ha logrado recuperarse sin complicaciones relacionadas con la operación y de una forma considerablemente más ágil.
Las malformaciones cardíacas congénitas consisten en irregularidades en la creación de ciertas estructuras del corazón que ocurren antes del nacimiento. Estas afecciones afectan anualmente a alrededor de 40.000 recién nacidos y a 2,3 millones de adultos que viven con esta enfermedad. Aproximadamente, uno de cada cinco individuos que nace con una cardiopatía congénita presenta este tipo de defectos.
En el territorio español, únicamente podían llevarse a cabo este tipo de intervenciones a través de una cirugía en aquellos enfermos que requerían que esta válvula tuviera un tamaño superior, dado que las válvulas rígidas disponibles previamente para ser implantadas por cateterismo eran de diámetro menor.