Los granizados en niños menores de 8 años están en entredicho, tras la alerta lanzada por médicos de Reino Unido e Irlanda, debido a uno de sus compuestos principales, el glicerol, que es un sustituto natural del alcohol y el azúcar que ayuda a los granizados a mantener su textura al evitar que el líquido se congele sólido.
Este mensaje de alerta procede del un equipo de revisión del University College Dublin, dirigido por la pediatra Ellen Crushell, que solicitó que se revisaran los consejos de salud, tras analizarse los casos de 21 menores que tuvieron que ser ingresados en diferentes hospitales entre 2018 y 2024, con edades que oscilaban entre dos y casi siete.
Todos fueron diagnosticados inicialmente con hipoglucemia, o bajo nivel de azúcar en la sangre, después de llegar a a las salas de emergencia de diversos centros hospitalarios. El equipo de revisión sugirió que beber granizados que contienen glicerol «puede causar un síndrome clínico de intoxicación en niños pequeños«. Según dicho estudio, 14 niños enfermaron en solo una hora tras ingerir uno de estos granizados.
Los síntomas incluyeron disminución de la conciencia, hipoglucemia, acidosis láctica, que ocurre cuando el cuerpo produce demasiado ácido láctico, e hipopotasemia, o bajo nivel de potasio. Hay poca transparencia en torno a la concentración de glicerina de la bebida helada; por lo tanto, estimar una dosis segura no es fácil.
Los investigadores señalaron que es probable que la velocidad y la dosis de ingestión, junto con otros aspectos, como si la bebida se consume junto con una comida o durante un estado de ayuno, o se consume después de un ejercicio de alta intensidad, puedan ser factores contribuyentes y consideran que no hay beneficios nutricionales o para la salud de estas bebidas y por tanto no se recomiendan su ingesta como parte de una dieta equilibrada.
Para garantizar que las recomendaciones seguras a nivel de población se puedan interpretar fácilmente por los padres de los niños y dada la variabilidad del peso de cada uno de los menores, defendieron que las recomendaciones se basen en el peso en lugar de en la edad. Alternativamente, el umbral de edad recomendado puede ser más alto (ocho años), para garantizar que la dosis por peso no se exceda dada la variación normal de la población en el peso.
Dichos hallazgos fueron publicados en la revista Archives of Disease in Childhood donde mostraron que en cada caso, los niños se pusieron muy mal tras beber granizados que causaron síntomas como disminución de la conciencia y bajo nivel de azúcar en la sangre.