Sobre la primera problemática, los residentes de la zona han advertido en varias ocasiones a Ayuntamiento y Policía sobre la “ronda” a viviendas que determinados particulares o grupos hacen con el afán de instalarse ilegalmente en ellas.
“Nos roban el agua de las casas teniendo que enfrentarnos a ellos, tenemos un problema de higiene e insalubridad ya que hacen sus necesidades en la calle, tirando los excrementos a la vía pública porque no tienen en algunos casos acometidas, enganchándose a la luz de la calle«, han explicado algunas de las familias afectadas. Es por ello que los vecinos se han manifestado sacando las cacerolas a la calle; una iniciativa que continuará “hasta que los jueces hagan caso y cierren todos los guetos”.
Las protestas además han ido encaminadas a evidenciar “la falta de compromiso” de las autoridades competentes, remitiendo una carta al concejal presidente del distrito, Paco Pérez, donde se exponían las preocupaciones en materia de seguridad. Éstas, además de las okupaciones, se referían también al aumento de la frecuencia de robos y puntos de venta de estupefacientes. A dichas inquietudes se suman “las constantes borracheras, gritos, aparatos de música” que acompañan a “los pandilleros”, como les denominan los vecinos.
En este sentido, reclaman espacios públicos de calidad, democráticos y participativos, «sin que nadie se apropie de ellos y se respete a los vecinos». «Necesitamos saber en qué y cómo están trabajando en estos problemas en conjunción con la Policía, ya que llevamos años esperando soluciones que no llegan», concluyen la misiva.
