Dos agentes se encontraban patrullando por el citado distrito y observaron a una mujer con un pequeño, de un año de vida, sin abrigo. Los policías se acercaron a la progenitora y le solicitaron que protegiera del frío al niño, a lo que ella se negó actuando de manera poco colaboradora. Los efectivos procedieron entonces a quitarle el bebé y lo metieron en el interior del coche patrulla. El Samur evidenció después que el pequeño presentaba signos de hipotermia.
Asimismo, la mujer les facilitó a los agentes el contacto telefónico del padre del bebé, con quien está en proceso de separación. Los agentes acudieron a hablar con el progenitor quien les informó sobre la situación de abandono en el que se encontraba sus hijos, ya que además del bebé, la pareja tenía otra hija, la cual se encontraba en el domicilio de la madre. La Policía Municipal se personó en la vivienda de ésta y comprobaron que la menor estaba durmiendo en una habitación con las ventanas abiertas.
La pequeña informó a los agentes que llevaba sola en casa desde que salió del colegio y que únicamente había comido un sándwich. Tras el testimonio, los policías procedieron a trasladar a la menor a casa de su abuela para que cuidara de ella.
