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Sentencia del Madrid Arena

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El próximo Halloween se cumplirán cuatro años de la tragedia del Madrid Arena. Difícil no recordar que hacíamos la mañana en la que nos enteramos de la muerte de tres adolescentes, que finalmente fueron cinco, aplastadas en una fiesta llamada ‘Thriller Music Park’ que se había convertido en una verdadera película de terror. Una reciente sentencia de 677 páginas condena a siete personas como responsables.

La pena más elevada, cuatro años de cárcel, ha recaído en Miguel Ángel Flores, promotor de la fiesta. Una “condena vergonzosa y ridícula”, en palabras de la madre de una de las fallecidas, Isabel de la Fuente, la única familiar que ha batallado públicamente contra los responsables y contra la Ley para evitar que un hecho tan luctuoso como éste vuelva a repetirse. Los amigos de las víctimas también se han manifestado en el mismo sentido con pancartas junto a los Juzgados de Plaza de Castilla, donde se podía leer ‘Cinco muertes, cuatro años, justicia’ o ‘El dinero que te salva es el mismo que asesina’.

La realidad es que los cuatro años de cárcel para Flores salen a menos de un año por cada víctima. Y no porque el juez le haya exonerado; al revés, le ha aplicado la pena máxima. ¿Cómo es posible? Por lo que en derecho se llama concurso ideal de delitos. A cinco homicidios imprudentes en una única acción se le aplica la pena máxima de uno sólo: cuatro años de prisión.

También ha sido de difícil encaje para la mayoría absolución del equipo médico del Madrid Arena, los doctores Carlos y Simón Viñals. Aunque los jueces han dictaminado que “no realizaron un corrector diagnóstico sanitario ni les practicaron una adecuada reanimación”, no creen que otro equipo las hubiera salvado. Aquí se aplica la máxima del ‘in dubito pro reo’ y, por tanto, no pasarán por la cárcel.

Tampoco conocerá las celdas el exjefe de la Policía Municipal de Madrid Emilio Monteagudo porque «no hubo conducta imprudente alguna que tuviera influencia en el lamentable». Y eso que operativo policial fue «precario» y no impidió el botellón ni la venta de bebidas en las zonas aledañas al pabellón, señala el fallo judicial.

Los que sí entrarán en prisión, si los recursos no dictan lo contrario, serán Francisco del Amo, responsable de la ya extinta empresa pública municipal Madridec, encargada del recinto; y Francisco Rojo, director general de Diviertt, la empresa organizadora del evento. Han sido condenados a tres años de cárcel, seis meses más que los que le han caído a Miguel Ángel Morcillo (jefe de personal de Diviertt) y Carlos Manzanares, uno de los propietarios de la empresa Kontrol 34, encargada de la seguridad interior del pabellón. El resto de acusados —-hasta 15 en total– fueron exculpados de su responsabilidad penal. En conclusión, tras cuatro años de diligencias, la Justicia ha hablado alto y claro, certificando como ciertos la mayoría de los factores que desencadenaron la tragedia: sobreaforo, organización irregular del espacio, rescate «descoordinado, lento y poco eficaz», etc. Una sentencia ejemplaremente motivada que, sin embargo deja insatisfecha a las familias y a la opinión pública. Algo está fallando en el Matrix judicial. Arréglenlo, por favor.

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