Si bien se han realizado avances actuaciones en muchos sentidos, el colectivo lamenta que el Ejecutivo regional no ha sido capaz de afrontar el reto de preservar el patrimonio territorial, cultural y ambiental de la vereda del Camino de Boadilla, junto a la iglesia Nuestra Señora La Antigua.
Los 4.200 kilómetros de longitud y las 12.000 hectáreas que ocupan son ya un argumento para tomar en serio este reto. En el Suroeste de Madrid quedan algunos tramos de estos caminos ganaderos dentro del entramado urbano “que a pesar que se les ha devorado e invadido por desidia de las administraciones, aún son un recurso ambiental y de ocio de la población”.
La Vereda Camino de Boadilla discurre desde Colonia Jardín, en el Distrito de Latina, hasta la barriada de Eugenia de Montijo, en Carabanchel. En ese recorrido se ve invadido y cortado por cuarteles de Defensa (primero el Servicio Geográfico Militar), la autovía A-5, el cuartel de Intendencia, abandonado hace 20 años, el polideportivo municipal de Aluche, el aparcamiento disuasorio de Aluche y varios viales de la zona. Finalmente se encuentra libre en un tramo de un kilómetro, que discurre por detras el denostado CIE de Aluche hasta el templo románico mudéjar de Nuestra Señora de la Antigua del siglo XII.
La vereda es un lugar depósito de escombros y residuos de todo tipo, que se acumulan ante el edificio más antiguo de la capital de España. “Este solo hecho ha de producir la reacción de la Comunidad de Madrid por lo que le compete como tuteladora del Patrimonio Histórico y como titular de la Via Pecuaria Vereda Camino de Boadilla. Sin excluir en ninguna manera al Ayuntamiento de Madrid para que realice la limpieza de la misma al ubicarse en su territorio”.
Las entidades vecinales han plantado pinos, encinas y almendros de forma simbólica para recuperar esta vereda que sería un Pasillo o Corredor Verde entre Latina y Carabanchel y dotar de un entorno más digno para la iglesia de Nuestra Señora de la Antigua.